Hoy es el día de Todos los Santos y mañana, el de Difuntos! En algún sitio leí que santo es todo aquel que “llega a ser como realmente es, en todo momento, en el ahora“. Por eso entiendo por qué el día después es el día de difuntos, porque quien llega a ese nivel de conciencia y de coherencia de manera permanente en su día a día, ya no tiene nada que hacer en esta vida, ya lo ha conseguido todo… y puede morir en paz! Y es que a esta vida venimos a encontrar y seguir el camino que nos lleve de vuelta a todo lo que éramos al nacer, es decir, pura esencia, pura Alma, aunque no fruéramos conscientes de ello! Y es que en la adaptación a este mundo imperfecto nuestro, fuimos abandonando todo aquello que somos en esencia, día a día, pero, por otro lado, adquiriendo la capacidad de ser conscientes de nuestra esencia, gracias a lo que nos rodea. Y esa consciencia es, precisamente, lo que nos lleva poco a poco a reencontrarnos con todo aquello que en realidad siempre fuimos… y que abandonamos hasta nuestra madurez! Y, por fin, es esa consciencia la que nos muestra un nuevo camino de vida y, llegados a su final, nos permite abandonar este mundo, tal como fuimos al llegar!
Llegar a ser -o volver a ser, según lo dicho antes- es todo lo que venimos a lograr a este mundo, aunque para ello paradógicamente antes debamos morir una primera vez a lo que fuimos antes y resucitar a esa nueva vida, en la que lo auténtico de nuestro interior se manifiesta y da sentido verdadero a lo que vivimos, cada día. Es entonces cuando somos realmente capaces de amar y de ser amados, ser libres para elegir lo que queremos o no en nuestra nueva vida y compartir todo lo que somos, por amor. Así hasta la muerte definitiva, en la que cada uno ya es lo que es y pierde sentido el aprendizaje que es la vida aquí. Por eso cualquier muerte es la puerta que nos lleva a trascender hacia esa otra vida no solo humana! Pero no hablo de una muerte sólo física ni del llamado Cielo, sino metafórica, pues supone desarraigarse de todo lo superficial y accesorio de nuestra vida solo mundana!
Los muertos, lamento decirte y aunque tal vez nos cueste entenderlo, no desaparecen de nuestra vida, sino que permanecen en ella, tal como en esencia son! Cada una de las personas queridas que fallece y ha dejado su huella en nuestra vida, permanece en nuestro corazón! Y siempre que tengamos el valor de profundizar en él, los encontraremos formando parte de nuestra existencia! Y no hablo -solo- de espíritus, sino de esa presencia que se siente desde el corazón, donde no existen distancias ni tiempos, pues eso son construcciones mentales humanas que solo tienen razón de ser en nuestra vida aquí en el mundo! Saber reencontrarse con esos seres queridos que están en nuestro corazón es amar, amándonos y sintiéndonos amados por ellos, para siempre! Es verdad que cuesta de entender, la razón solo entiende de presencias o ausencias tangibles, de emociones basadas en los sentidos, para lo cual exige la realidad física de lo que nos rodea! Pero más allá de esa elucubración mental, en nuestro interior está todo aquello que realmente es… para siempre en nuestra vida… y más allá de ella, en nuestra muerte!
Pero dejemos los trascendentalismos y misticismos de lado, para concentrarnos en el día de hoy, día de Todos los Santos, previo al día de difuntos. En un día como hoy celebramos el privilegio de volver a ser tal como somos en esencia, para luego poder morir! Por eso se venera a los santos que llegaron a ese don y se honra a los muertos que ya trascendieron esta vida física y limitada como seres meramente humanos! En Catalunya, por ejemplo, se celebra este día en la castanyada, una fiesta familiar (como el Halloween, de origen celta, que celebran los anglosajones) en la que se comen castañas cocidas y se bebe moscatel. Dicen que esa tradición nace del día anterior del de difuntos, en el que la gente debía adquirir energía -comiendo castañas y mosto dulce- para poder repicar las campanas con fuerza el día de difuntos. Sea o no verdad, esa es una tradición hermosa y en la que la familia se recoge unida, lo festeja y celebra así la madurez y posterior marcha de sus difuntos, aunque los sienta en su corazón!
Pero la muerte es algo que tememos, aunque yo creo que tememos realmente el dolor humano del sufrimiento en ella, la ausencia ajena y el presunto vacío en nuestro corazón, cuando los seres queridos abandonan este mundo tras haber alcanzado el momento de su culminación! Y es que, la verdad, estamos acostumbrados a juzgar lo que sentimos y vivimos por lo que perciben nuestros sentidos y hemos olvidado sentir y vivir la vida desde el verdadero corazón, como hacen los niños! Cuando lo logramos de nuevo, perdemos el miedo a la muerte y la vemos como una puerta abierta hacia esa otra vida que merecemos y soñamos… aunque tal vez tardamos en llegar a comprender o a intuir, pues no son nuestros ojos quienes la ven, sino nuestro corazón. Personalmente no recuerdo a nadie a quien amara o ame ahora que no esté cada instante en mi corazón! Pero es verdad que no es fácil permanecer conectados con él a cada instante, pues los sentidos nos distraen y reclaman nuestra atención a lo que podemos ver, tocar, oler, oír… lo que no es todo lo que conforma nuestra vida plena! Si nuestra vida fuera solo lo visible y conocido por los sentidos, la vida sería una broma de mal gusto, repleta de personas, momentos y lugares que vienen y van, ocupando sin sentido nuestra corta o larga existencia aquí en el mundo! Es entonces cuando entiendo que algunos temen más esta vida -solo humana, imperfecta y terrena- que la propia muerte, que se convertiría así en la solución a ese sufrimiento…
Pero existe una vida más allá, aquí, en nuestra propia vida! Y está formada por lo conocido a través de los sentidos y, a la vez, por lo desconocido y mágico, percibidos por nuestras emociones más profundas! Y a experimentar esa totalidad se aprende, aunque sin hacer esfuerzo alguno! Simplemente vaciando nuestro corazón de experiencias y emociones dolorosas del pasado, deshaciéndonos de la mentira aceptada en nuestra vida… y dejando que la verdad de nuestros corazones se manifieste en el ahora, tal cual es! Tras el auto-engaño está la verdad… y solo hay que tener la valentía de permitir que se manifieste desde el Alma y vivir según ella! Y, como ves, esta nueva manera de vivir “llegando a ser como realmente eres, en todo momento, en el ahora“, al parecer y según lo dicho al principio, es alcanzar la santidad, más allá de lo que digan las iglesias! ¿Resultará entonces que todos hemos venido a este mundo para llegar a ser santos? ¿Resulta que la muerte es el premio que uno recibe en cuanto alcanza la santidad?
Bueno, te creas posible santo o no, si estás en el camino de ser como realmente eres en esencia, si aprendes y te atreves a vivir cada día lo que realmente mereces y sientes que la vida es una oportunidad para amar y así algún día poder morir realmente en paz, quedándote para siempre en el corazón de quienes te aman y has amado, muchas felicidades, hoy es tu día!