The Encyclopedia Americana dice: “Elementos de las costumbres relacionadas con la víspera del Día de Todos los Santos se remontan a una ceremonia druídica de tiempos precristianos. Los celtas tenían fiestas para dos dioses principales... un dios solar y un dios de los muertos (llamado Samhain), la fiesta del cual se celebraba el 1 de noviembre, el comienzo del año nuevo celta. La fiesta de los difuntos fue gradualmente incorporada en el ritual cristiano” (1977, tomo 13, pág. 725).
El libro The Worship of the Dead (La adoración de los difuntos) señala a este origen al decir: “Las mitologías de todas las naciones antiguas están entretejidas con los sucesos del Diluvio [...] El vigor de este argumento está ilustrado por el hecho de que una gran fiesta de los muertos en conmemoración de ese acontecimiento se observa, no solo en naciones que más o menos se encuentran en comunicación entre sí, sino también en otras extensamente distanciadas, tanto por el océano como por siglos de tiempo. Además, todos celebran esta fiesta más o menos el mismísimo día en que, de acuerdo con el relato mosaico, tuvo lugar el Diluvio, a saber, el decimoséptimo día del segundo mes... el mes que casi corresponde con nuestro noviembre” (Londres, 1904, Colonel J. Garnier, pág. 4). Así que estas celebraciones en realidad comenzaron como una fiesta para honrar a personas que, debido a su maldad, habían sido destruidas por Dios en los días de Noé. (Gén. 6:5-7; 7:11.).
Es curioso, y es lo que más me interesa de todo este asunto, como las tradiciones ancestrales se van solapando con el devenir de los pueblos , manteniéndose, a la vez, iguales y distintas. En México y en algunos países de América del Sur, donde sí se celebra el 2 de noviembre, se lleva incluso comida. Para estas fechas lo que procede escuchar es un Réquiem pero nosotros escucharemos otras cosas.
Jugaremos un poco, primero escucharemos "De Terciopelo Negro" una canción de Jorge Araujo Chiriboga y nos vamos a imaginar que la difunta o el difunto se aparece a quien en otro tiempo fue su amor y lo atemoriza porque se ha olvidado de ella o de él y por su culpa, como no le honra ni es destinataria/o de sus rezos, se ha convertido en un alma en pena condenada a vagar por el Purgatorio. Ya se que la cosa va cogida un poco por los pelos pero esta canción la tenía que meter hoy, con o sin calzador:
Y ahora escucharemos uno de los poemas más grandes, en todos los sentidos, que se han escrito en castellano, Las Coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre, tienen más de quinientos años y siguen casi tan lozanas como el primer día, sólo sobra alguna que otra cosa puntual, algo lógico si pensamos en que se escribieron hace más de quinientos años. La versión musical es de Paco Ibañez y no sigue el texto en su integridad. No valoro de una manera especial a este cantante como músico pero hay que reconocer que sabe, como pocos, transmitir con claridad las palabras de la poesía que musica, en este sentido es un genio: