En Argentina, el 13 de junio se celebra el Día del Escritor, en recuerdo del nacimiento del escritor, ensayista, poeta, periodista y político Leopoldo Lugones.
Entonces, la celebración se vuelve ocasión oportuna para recordar aquellos autores que nos marcaron con sus palabras, sus historias, sus relatos. Aquellos que nos abrieron la puerta a un mundo distante o cercano, imaginario o real, con vivencias similares a las nuestras o lejanas en cultura y costumbres. Los que nos hicieron temblar de emoción. Los que nos invitaban a seguir leyendo aunque el cansacio martillara nuestros ojos, pero la avidez por saber cómo continuaba la historia nos ganaba y descubríamos que le quitamos demasiadas horas al sueño llenos de pájaros y alas... A los que nos obligaron a releerlos para descubrir los mensajes detrás de las historias. Los prohibidos, los malditos, los censurados, los irreverentes, los anti-sistema y los que sufrían tanto que ponían en palabras su propia carne y su propia angustia.
Pero, más aún, es motivo para seguir emocionándonos, sorprendiéndonos y dejándonos seducir por la prosa o la poesía de siempre y por la contemporánea que llega para seguir construyéndonos como lectores.
©Silvina L. Fernández Di Lisio
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