Día del libro y análisis de la educación a distancia en tiempo de cuarentena social preventiva

Publicado el 22 abril 2020 por Jmartoranoster

Carmen Teresa Alviarez de Largo

El héroe, la estrella, el único protagonista de esta fiesta, ese que posee un olor característico difícil de confundir, ese que nos importa más por su fondo que por su forma, ese señoras, señores es el libro, en este agasajo comparte tarima con el día del derecho de autor y en nuestro país con el día del idioma, cada 23 de Abril se celebra su día, en correspondencia al fallecimiento de grandes autores como lo fueron Cervantes y Shakespeare, aunque estudios señalan que Don Miguel de Cervantes muere es un 22 de abril, queda en la historia asentado el 23 día de su entierro. Libro del latín liber, término vinculado a la corteza de un árbol aunque según el texto, La historia del libro, de Ruth Roche y Octavio Roth, todo comenzó cuando el hombre plasmó sobre tablitas de arcilla sus cartas, cuentos o testamentos, por allá en la antigua Mesopotamia, las cuales tenían distintas formas geométricas entre ellas: cuadrados, circulares, ovalados o rectangulares, que generalmente se numeraban para facilitar su consulta. Además, dichos autores exponen que en India se escribía sobre las hojas de palmeras previamente cocinadas en leche –para endurecerlas- y luego se secaban de manera total para su utilización posteriormente, es mas en la actualidad en países como Nepal, Tíbet y Tailandia conservan esta singular costumbre y sistema de elaboración de libros. Nos queda claro que en la antigüedad los escritos fueron plasmados en la corteza de ciertos árboles y en las hojas de palmas, entonces por metonimia, su relación con la voz latina liber. Khnra en ruso, Shu en mandarín, Livre en francés, Buch en alemán, Biblio en griego, Book en ingles, Libro en español; obra de estudio que puede ser manuscrita, impresa o pintada dispuesta en hojas de papel encuadernadas y sobre las cuales se ha impreso texto, protegidas por una cubierta o tapas rígidas. Son útiles en la búsqueda de conocimiento que trae consigo el aumento del bagaje cultural, pero no todo debe quedar allí, pues citando esa máxima de Kafka: “Si el libro que leemos no nos despierta de un puñetazo en el cráneo ¿Para qué leerlo? Un libro tiene que ser un hacha que rompa el mar de hielo que llevamos dentro”. Particularmente pienso que el libro -en su sentido superlativo- es lo más especial que le puede ocurrir a la mente humana, con él –al leerlo- se trascienden fronteras y en tiempos de cuarentena preventiva, cuando se debe visualizar las alternativas existentes no solo de libros impresos sino también en formatos digitales, créanme no hay excusa, decide leer, es una decisión y toda decisión exige una renuncia, así como toda crítica precisa sugerir propuestas y soluciones, bueno entonces renuncia, ¿a qué? A malgastar el tiempo, casi siempre nos quejábamos de no tener tiempo suficiente para actividades como la lectura y ahora que tenemos el tiempo lo perdemos, es que el ser humano vive en el continuo refutar de su verbo y acción…ahora bien, el día tiene 24 horas en ellas –dependiendo de su utilización- se construye o se destruye, le resta al hombre administrar la calidad mensurable del tiempo, pues es el poder que tiene sobre él. Los venezolanos y en especial nosotros los andinos que habitamos estas pintorescas elevaciones y practicamos costumbres serranas, solemos ser muy familieros nos encanta compartir, reunirnos, conversar, sin embargo eso, en este momento está en pausa –aunque algunos no lo entiendan e incumplen- a Dios gracias, las grandes mayorías lo ha entendido e internalizado, sin embargo, eso ha traído como consecuencia el caer en la tentación de perder el valioso tiempo, por ejemplo “whatsappiando”, claro también entiendo que las distintas plataformas digitales ahora más que nunca cumplen su función comunicacional, pero no podemos pasarnos todo el día en ello ¿verdad? Busquemos siempre el control, la regulación y el equilibrio en su utilización. Por su parte el aspecto educativo no escapa de ello y si bien es cierto que cada familia es una escuela, siempre tuvo que haber sido así, no solo ahora y es que no debe quedarse en la frase de un plan especifico, porque la corresponsabilidad en la educación no se puede minimizar a frases sino exaltar en acciones, reflexiono al respecto como madre y maestra, unos –los docentes- con las características quejas como casi siempre, que falta el servicio de energía eléctrica, que no tenemos aparatos aptos para tecnologías androide y si lo tenemos entonces no tenemos acceso a wifi, -válido por cierto- unos no quieren volver aun a las actividades de rutina diaria o normalización pero también critican que el año escolar sea finiquitado vía online, y así sucesivamente y los otros –padres, madres, representante y/o responsables- igual de quejones, manifiestan no saber que hacer todo el día con sus hijos, incluso –y es válido también- expresan no tener la didáctica ni la paciencia para hacerlo, como si lo único importante fuese lo academicista, se nos olvida que la casa enseña para la vida, por ejemplo enseñarlos a cocinar, plantar un huerto, cantar, bailar, orar, colaborar con el orden y la limpieza, amar a tu prójimo, etc., ojalá en ese tira y encoge eterno de la educación no se nos rompa la cadena por lo más frágil como reza el adagio, sino que nos fortalezcamos como sociedad, como humanidad, vamos a replantearnos y ajustarnos, pero, ¿Cómo hacerlo? La respuesta en una palabra lee. Siempre nos lo recomienda esa maestra de la comunicación María Alcira Matute, “lee todo, lee siempre”. Quizá –y estoy haciendo conjeturas- el sistema educativo Bolivariano, debe ir a una nivelación, a lo mejor los meses septiembre, octubre, noviembre y comenzar un nuevo año escolar en Enero de 2021, ojo es una propuesta queda aquí para su debida discusión y evaluación. En cuanto al trabajo con niños soy de las que piensa que con ellos todo debe decirse de forma sencilla y verdadera, de manera afectiva para que sea efectiva pensando siempre que todo está inacabado ¿por qué? Porque falta tu trabajo y el mío para engranarlo como seres gregarios que somos y darle las formas que más se ajusten a las realidades. Ya lo dijo Bolívar nuestro Libertador, el saber hermanado con el trabajo, estudiar es uno de los placeres más sublimes que tenemos los humanos ojo no me refiero solo al aprendizaje con el que uno se curte en una clase, también es leer, interpretar y descifrar todo lo que diariamente circula frente a nuestro campo visual. Pero no es recomendable solo el saber, porque te estarías condenando a ser una represa y es preferible ser un rio, fluir en muchas mentes, convertir ideas en palabras y hechos. De allí parte entonces otro de los grandes placeres como lo es el trabajo, pues con el experimentamos el sentido de pertenencia y pertinencia. Trabajar es un premio que nos regala el cosmos, no se trabaja para devengar un salario únicamente y aunque nos paguen –sea mucho o poco- no persigamos el dinero para que no huya de nosotros, la situación económica está mal y es una realidad mundial, pero veamos mas allá, es más, voy a decirlo al mejor estilo con Facundo Cabral “solamente lo barato se compra con dinero”. Lo valioso, eso no tiene precio. El trabajo engrandece la dignidad humana y al mismo tiempo satisface parte de nuestras carencias. A continuación es oportuno revisar sobre curiosidades concernientes a los libros, he aquí algunas:
  • La historia suscitada en las cuevas del Mogao o de los mil Budas (China) donde en sus grutas permaneció oculto durante siglos el libro impreso más antiguo que se conserva hasta la fecha, su impresión fue 600 años antes de la Biblia de Gutenberg. Se trata del Sutra diamante, un Sutra es un escrito que reúne las palabras de Buda, anecdóticamente un discípulo pregunto a Buda como debería titularse el sermón que aparece en el susodicho libro a lo que éste respondió: “el diamante, porque la enseñanza es fuerte y afilada como un diamante que corta”.
  • Por su parte aparece Gutenberg y su imprenta donde en 1449 ensayó con la impresión del Misal de Constanza y donde más tarde entre 1450 y 1455 haría su impresión más destacada con La Biblia la cual, suele definirse como el libro más influyente del mundo. Sin embargo no escapa de controversias desde el punto de vista filológico con respecto a ¿Cuál es su libro más antiguo? Pues los estudiosos han observado que el libro de Job, presenta un hebreo arcaico y extraño muy distinto al lenguaje empleado en el génesis o en cualquier otro libro del pentateuco. Pero es que me llama poderosamente la atención un verso bíblico del nuevo testamento específicamente en Hebreos 4:12 que reza lo siguiente: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz y mas cortante que toda espada de dos filos y penetra hasta partir el alma y espíritu, las coyunturas y los tuétanos”.
Finalmente, les invito respetuosamente a realizar este ejercicio de enlazar frases y reflexionar al respecto: une el versículo bíblico citado, con lo que le respondió Buda a su discípulo y la frase de Franz Kafka que incluyo al comienzo de este artículo. Te convido a leer, a escribir a producir, ánimo, si se puede, desde casa con nuestra valiosa familia, pongámonos creativos, para leer solo necesitas querer hacerlo y decidir hacerlo, para escribir solo necesitas comenzar, pues todos los autores algún día lo hicieron y por cierto cuando comiences te darás cuenta de que no necesitas pulir mucho tu vitela para que brille pues basta con que esas letras nazcan de la inspiración y ello no precisa de una buena vitela sino de una buena imaginación, para escribir no se necesita un buen papel como curiosamente si se requiere de un buen suelo para sembrar, aquí se necesita sentir mucho y trabajar tu tacto en el arte de concatenar lo simple y lo complejo con la realidad y desde ese punto de vista todos pueden hacerlo, inténtalo, peor es no atreverse y perderse la adrenalina que produce, si tuviésemos la buena costumbre de escribir diariamente quizá ya tendríamos hasta una antología particular. Hasta pronto. Les aprecio. .*Profesora de Música. teresadelargo@yahoo.es; Profesora de música

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