Día del Padre - Cuadros de macarrones

Por José Mª Ruiz Garrido @laparejadegolpe

Seis de cada diez padres y madres no dedican ni dos horas a la semana a jugar con sus hijos. Leo esto en un artículo de prensa, y solo puedo sentir tristeza. También leo que la mayoría saben de la importancia del juego y del tiempo compartido con sus críos, y que les gustaría poder dedicarse más a ello. Todo son ventajas, para los pequeños y para los adultos. Los vínculos se fortalecen, uno se siente más unido a ellos, más comunicativo, incluso rejuvenecido. Uno vuelve a ser un niño por un rato. Es triste.

Triste porque . Esta sociedad no nos da respiro, y siempre hay una razón de peso para no poner los cuidados y la infancia (y los dependientes) en el centro, donde importa. Porque la conciliación es mentira. Con estos ritmos de vida, la falta de tiempo y de oportunidad, de posibilidades, la falta de medidas de conciliación, de corresponsabilidad, y hasta de implicación, de igualdad y compromiso, perdemos todos.

Ser padre en el Día del Padre, y que en los medios esta semana no dejen de aparecer "padrazos", o reportajes sobre la conciliación o la falta de ella, lo que ha cambiado la figura paterna con el paso de las generaciones. Ser padre y que te sigan vendiendo que el tiempo de calidad es la solución. Ser padre y que la preocupación de unos cuantos sea que en el cole no les dejen a los peques hacerles un cuadro con macarrones. O ser padre en el Día del Padre y asumir una vida de padre, roles corresponsables, padres igualitarios y cuidadores.

Tantas formas de ser padre y de sentirme padre. Padres igualitarios, padres invisibles, padres tradicionales, padres que solo esperan una palmadita en la espalda, o el cuadro de macarrones. O incluso padres ausentes. Queriendo o sin querer. El caso es que lo que está en el centro de un día como hoy no son los hijos e hijas. Por eso en tantos colegios han decidido celebrar el Día de la Familia, más inclusivo y respetuoso.

Yo solo pienso en jugar con ellos, reír juntos, cuidarlos, leerles por mucho cansancio que tenga, atenderlos y alimentarlos, hacerles salpicar agua fuera de la bañera haciéndoles bromas tontas, educarlos, aprender con ellos. Tengo que asimilar y mejorar mi paciencia, la tolerancia al caos, control de mis miedos, gestión de sentimientos. Trabajarme mi Doctor Jekyll y mi Bruce Banner y controlar a mi Mr. Hyde y mi Increíble Hulk. Resistir al Lado Oscuro. Pero todo eso también es ser padre. Cada día.

Nunca hubiera imaginado que hoy disfrutaría de las cosas que disfruto, o que no echaría de menos algunas que antes me obsesionaban. Que el centro de mis días gravitaría en unas pocas horas repartidas a lo largo del día entre horarios de coles y trabajos. Y que un trabajo que me encanta se convertiría tan solo en una forma de comprar tiempo, y decidir acogerme a una reducción de jornada. El tiempo de calidad no existe. Es algo inventado, para satisfacerte a ti, no a ellos. Por eso todo tiempo es poco. A veces no se puede otra cosa. Pero otras sí, y hay que esforzarse.

Mejor olvídate del cuadro de macarrones hoy, por mucho que sea 19 de marzo. Mejor ten una igualitaria y feliz vida de padre.

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