Arrancaron con tres espirituales: El Peregrino (armonizado por R. F. Ynera), Nobody knows e It's me Oh Lord, que fueron de menos a más. Continuó la parte fuerte y original por no ser habituales fueron los Seis Nocturnos de Mozart con el acompañamiento al piano de Mario Álvarez Blanco, un lujo tener al "maestro repetidor" del Coro de la temporada de ópera ovetense: I. Luci care, II. Se lontan ben mio, III. Due pupille amabili, IV. Piu non si trovano, V. Ecco quel fiero istante, VI. Mi lagnero tacendo. Los espontáneos aplausos a partir del tercero rompieron un poco la unidad de esta joya coral donde el piano va más allá del acompañamiento, lo que reconoció el director de la Escolanía incluso antes de comenzar la interpretación de las mismas.
In stiller Nacth (J. Brahms), Alfabeto (Mozart), Stjenka-Rasi (popular rusa armonizada por Alfredo de la Roza), Seguidillas en eco (anónimo del siglo XVIII), con un trío de solistas realmente prometedor, Zöld Erdöben (popular húngara armonizada por Z. Kodály), Widerhall (E. Ranbuch) con otras tres chicas solistas colocadas entre el público que desgranaron una obra con la que los pueri se encontraron realmente a gusto, Eres alta y delgada (popular de Castilla-León armonizada por Pedro Aizpurúa), Molondrón (popular de Santander armonizada por J. A. Chica), y las tres canciones populares asturianas A orillas de una fuente (armonizada por el recordado Benito Lauret), Cuando canta en el árbol (armonización de Luis Elizalde Ochoa) y Si te dan chocolate (también arreglo de B. Lauret), para finalizar con el "guiño" al Ave Verum Corpus de Mozart "transmutado" al Clap yo' hand con violín (a cargo de una escolana) y piano, más la coreografía incluída que hizo las delicias de todos, debiendo repetirlo al final del concierto.