Si el año pasado os contaba en este mismo día que le dedicaba este post a mi amiga Carla, que estaba en plena lucha contra el cáncer de mama (con metástasis en la cadera), hoy soy la mujer más feliz del mundo al escribir, un año después, que Carla lo ha superado, ha vencido al cáncer, ha ganado la batalla y sus escáners salen todos limpios. Pero hay que seguir luchando, la guerra no termina aquí y hay que prevenir que comiencen nuevas batallas en las que luchar. Para ello, como siempre os digo: PREVENCIÓN. Pruebas periódicas, acudir cada año al ginecólogo y que no nos mire sólo de cintura para abajo. Yo misma he empezado este año, por prescripción de mi ginecóloga, a hacerme cada año una ecografía mamaria. No es una mamografía (ésta la recomiendan a partir de los 45), una ecografía mamaria se recomienda hacer anualmente a partir de los 30 años (y yo nunca lo había oído!!) para ver la mama por dentro y poder diagnosticar tempranamente cualquier anomalía para prevenir males mayores en el futuro. Se trata de una simple ecografía, que no duele ni molesta, este año ha sido mi primero y, desde luego, me seguiré haciendo esta prueba en mi revisión ginecológica anual (que tampoco debéis olvidar, por favor!! A mí en la última me detectaron unas anomalías celulares en el útero, y eso que justo hacía un año me había dado todo perfecto en la revisión anterior). Nunca penséis que somos demasiado jóvenes como para que nos pase algo malo, nunca sabes cuándo va a aparecer la enfermedad. Esto, sumado a la autoexploración mamaria frecuente, hará que vayamos un paso por delante. Porque el cáncer de mama se puede vencer. Porque Carla es una más de las que lo ha conseguido. Te lo dije, Carla, ¡lo conseguiríamos! :)