El patriarcado astutamente durante décadas ha instaurado en el imaginario colectivo el día de la mujer como el día de “sacarlas” a comer, el día que “merecen” un regalo, que no “tienen” que cocinar y menos, hacer los oficios de la casa. Y cómo nos recalca esto? a través de la publicidad, donde la mujer termina siendo el “gancho” para vender mil productos, de belleza y de cocina por supuesto. Valdría entonces la pena recordarles a los varones que no es el día de “su mujer” sino el día de las mujeres, de todas aquellas que precisamente no queremos ser de nadie. Un día para la reivindicación política de las mujeres, para la lucha de las mujeres, para salir…a la plaza, a la calle a exigir nuestros derechos.
Luego de los episodios vividos y sufridos por miles de mujeres que reclamaron, a través de huelgas y movilizaciones, la humanización de su trabajo buscando con ello mejores sueldos y jornadas laborales no tan extensas, la decisión de celebrar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer se dio en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en Copenhague 1910.
A partir de entonces este día queda instaurado como fecha conmemorativa para celebrar el valor y la osadía de cientos de mujeres que con sus extraordinarias acciones, y hasta con sus vidas, lograron cambios significativos. El 8 de marzo de 1857, marcó el inicio de una lucha que aún en nuestro tiempo no culmina. Una lucha cuyo objetivo primario fue alcanzar la igualdad laboral entre mujeres y varones pero que hoy ya no es la excusa para mirar hacia atrás y ver lo que otras han hecho, sino la razón para proyectarnos al futuro y visualizar lo que haremos nosotras por nosotras mismas.
Ya no se trata solo de alcanzar una igualdad laboral, se trata de continuar la pelea sin armas, escuchar sin resignarnos y hacernos oír sin necesidad de gritar; porque los cuerpos y las vidas de las mujeres solo pertenecen a ellas y son muchas quienes a través de sus relatos, de sus historias, de sus saberes, nos han llevado a reflexionar sobre lo que realmente queremos conmemorar hoy, sin olvidar que seguramente vendrá otro 8 de marzo y se hará entonces necesario replantear la reflexión porque aunque la idea de evocar este día surgió a final del siglo XIX en plena revolución industrial, como en toda idea es viable una transformación, que en este caso, genere mayor reconocimiento frente a los derechos de las mujeres.
La Casa de la Mujer nació un 8 de marzo con este fin, con el objetivo firme de ser un espacio dispuesto a acompañar a las mujeres en la defensa de sus derechos, donde ellas puedan refugiar su cotidianidad, sus dolores y sus alegrías, y donde a través de un acompañamiento sicojurídico se les apoya para que fortalezcan su autoestima mientras paralelamente reciben herramientas legales que les permiten exigirle al Estado que cumpla con su obligación de ser garante frente a sus derechos, frente a las necesidades de más de la mitad de la población colombiana.
Pero nuestro trabajo durante estos 29 años no ha sido a puerta cerrada, y sus resultados no han sido solo la consecuencia de nuestras buenas acciones, son muchas las organizaciones que con gran esfuerzo han contribuido a alzar las voces de las mujeres y muchos los gobiernos que confiados en nuestro quehacer político y social siempre en pro de las mujeres, le han apostado a una meta: lograr que todas sean al fin, un día, dueñas de sus cuerpos, de sus vidas.
Teniendo en cuenta estas proyecciones varias organizaciones realizarán con motivo del 8 de marzo ACCIONES para brindarles un espacio de complicidad, tranquilidad y confianza a las mujeres, en donde ellas estén seguras de que sus voces serán escuchadas, y de que su accionar, sin duda, es un gran paso para contribuir a una vida libre de violencias para ellas, sus familias y sus comunidades.
La Casa de la Mujer ha apoyado durante casi tres décadas, y seguirá apoyando estas actividades que evidentemente permiten conmemorar el verdadero significado del 8 de marzo. Estamos seguras de que el compromiso y la responsabilidad con las que éstas y otras organizaciones de mujeres, mixtas, feministas, y sociales, trabajan para lograr una igualdad política, social, y económica entre mujeres y varones, se extenderá sin límite de fronteras; logrando con ello enfatizar en la importancia de evocar este día. Porque pretender vindicar los derechos de las mujeres con los pétalos de una rosa, es como querer insinuar que sus ideas y luchas son tan débiles que fácilmente el viento puede alzarlas y perderlas en el infinito.
FELICIDADES A TODAS AQUELLAS MUJERES QUE SABEN LO QUE REALMENTE SIGNIFICA CONMEMORAR NUESTRO DÍA Y, A LAS QUE A PARTIR DE HOY, LO RECONOCEN.