Hoy, 1 de diciembre es el Día Mundial de lucha contra el sida para sensibilizar sobre la importancia de la infección por VIH, de sus consecuencias y de la necesidad de incrementar las medidas para frenarla. Es una oportunidad para pedir a las instituciones, organizaciones, empresas y a la ciudadanía su implicación en las medidas de prevención y control, así como en garantizar el acceso al tratamiento y la no discriminación a las personas que viven con VIH.
Según el último informe de ONUSIDA, el número de personas que vivían con el VIH en el mundo en el año 2014 se estima en 36,9 millones, casi el 50% de ellas son mujeres y 2,6 millones son niños. En 2014 se estima que se infectaron por VIH 2 millones de personas y también en este año se estima que fallecieron 1,2 millones de personas. En términos generales, en el mundo la vía de transmisión más frecuente es la sexual, seguida del uso de drogas inyectadas.
Para Michel Sidibé, Director de ONUSIDA, ” poner fin a la epidemia del SIDA sin dejar a nadie atrás en la respuesta va a afectar profundamente las vidas de millones de personas en todo el mundo, para las generaciones venideras “.
Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es precisamente poner fin a la epidemia de sida para el 2030. Hoy en día, vivimos en comunidades frágiles en las que persistirán las desigualdades si los servicios esenciales no llegan a las personas necesitadas. Fortalecer los servicios locales para llegar a las poblaciones clave redundará en una mayor salud y resistencia de las sociedades.
La buena noticia, tal y como explica Sidibé “es que ahora tenemos lo que se necesita para detener la epidemia y evitar que repunte, y así impedir un número sustancialmente mayor de nuevas infecciones por el VIH y muertes relacionadas con el sida y eliminar el estigma y la discriminación relacionados con el VIH. Ya hemos llegado a 15,8 millones de personas que reciben tratamiento, que es vital. Y cada vez más podemos mejorar nuestras iniciativas y ser más precisos en nuestra capacidad de llegar a personas que, de otro modo, podrían ser dejados atrás. Así, fijándose en la población y la ubicación, los países pueden redistribuir las oportunidades para mejorar el acceso“.
África subsahariana es el área más castigada con el 70% de los casos a nivel mundial. De los 2,6 millones de niños que vivían con VIH en el mundo, el 90% lo hacía en África Subsahariana.
En Europa occidental se estima que en 2013 hubo 29 mil nuevos casos de infección por VIH en adultos y niños con una tasa de 5,7 por 100 mil. Un 11% tenían entre 15 y 24 años.