Hoy se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente. Se trata de un evento anual que se celebra mediante acciones positivas en todo el planeta. Fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972, con motivo de la apertura de la histórica Conferencia de Estocolmo sobre Medio Ambiente Humano, como un modo de estimular una reflexión acerca de algunos de los problemas más graves que afectan nuestro entorno. Cada año, este día se organiza en torno a una problemática y sirve para centrar la atención en una cuestión especialmente apremiante. El tema de este año, "Sin contaminación por plástico", representa un llamado a los gobiernos, al sector privado y a los ciudadanos en general en favor de un planeta sin contaminación por plásticos.
La contaminación plástica es una de las mayores amenazas para la salud de los océanos de todo el mundo. Cada año se vierten allí ocho millones de toneladas de plástico. Y se calcula que si no hubiera un cambio de conducta esa cantidad podría alcanzar el doble en los próximos 10 años. Esto afecta además a tortugas marinas, ballenas, aves, peces, arrecifes de coral y un sinnúmero de otras especies marinas y hábitats.
El problema es que este material no desaparece en el mar, sino que permanece para siempre. Los desechos plásticos simplemente se descomponen en partículas cada vez más pequeñas, conocidas como microplásticos, cuyo impacto ambiental aún no se ha determinado. Basta pensar que solo en la última década se ha producido más plástico que en todo el siglo pasado, que el 50% del plástico que utilizamos es de un solo uso o desechable, que se venden un millón de botellas de plástico por minuto y que el plástico constituye el 10% de todos los residuos que generamos. El objetivo de este día es despertar conciencia acerca de la necesidad de reducir este impacto y la cantidad de plástico que se vierte en los suelos y los océanos. Hacernos conscientes de que podemos cambiar hábitos en nuestro día a día para disminuir la contaminación en nuestra naturaleza, en nuestra vida silvestre y en nuestra propia salud. Si bien es cierto que el material tiene diversos usos muy valiosos, dependemos demasiado del plástico de un solo uso o desechable, y eso tiene graves consecuencias ambientales. Todos podemos hacer algo al respecto, como reducir el empleo de plásticos de un solo uso, rechazando bolsas de plástico, botellas de agua, sorbetes, vasos, utensilios, bolsas de limpieza en seco, recipientes para llevar y cualquier otro artículo de plástico que se use una vez y luego se deseche. En la mayoría de los casos es posible reemplazarlos por versiones reutilizables de esos productos. Cuando se utilicen plásticos que pueden reciclarse, debemos asegurarnos de hacerlo. Esto no solo ayuda a mantenerlos fuera del suelo y del océano, sino que también reduce la cantidad de plástico nuevo en circulación. También es preciso participar u organizarse para limpiar campos, playas y costas. Esas actividades, que resultan gratificantes, ayudan a eliminar los elementos que pueden llegar a ellos. A su vez, los municipios deben promulgar prohibiciones sobre el uso de elementos de plástico de un solo uso. Desde el próximo verano, Pinamar estará libre de vasos plásticos descartables y sorbitos. Se trata del cuarto entre los desechos plásticos más comunes en las costas. Es preciso evitar el uso de microperlas, las diminutas partículas de telgopor usadas para el relleno de almohadones. Se trata de una fuente creciente de contaminación oceánica plástica en los últimos años. De cada uno de nosotros depende encontrar un modo de que nuestras actividades dejen una menor huella de plástico. Cualquier acción de las mencionadas puede contribuir a un desarrollo más armónico con toda la vida en el planeta y a que las futuras generaciones puedan continuar disfrutando de su riqueza y de su belleza.
Fuente: lanacion.com.ar