Es una receta improvisada aprovechando lo que había en la nevera: algo de calabaza asada y un par de lonchas de bacon. La combinación se la debemos a Pizza al cuadrado y a una de las pizzas más ricas que he probado, pero eso os lo cuento otro día ;)
¡Manos a la obra!
Ingredientes para unas 10 croquetas:
Para la bechamel:
25 gramos de mantequilla o aceite
25 gramos de harina
200 ml de leche
nuez moscada, sal y pimienta al gusto
1 taza de calabaza asada
2 lonchas de bacon o panceta
1 huevo batido
pan rallado
aceite para freír
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Preparación:
1. Asamos la calabaza. Para ello, colocamos la calabaza pelada y sin pepitas en una fuente de horno con un chorrito de aceite de oliva, sal y pimienta. Cocinamos a 170 grados unos 20 minutos hasta que esté blandita. Para las croquetas la machacamos con un tenedor hasta conseguir una especie de puré y reservamos.
2. Freímos el bacon cortados en trocitos pequeños. Una gotita de aceite en una sartén bien caliente, añadimos el bacon y dejamos dorar hasta que esté crujiente. Reservamos.
3. Preparamos la bechamel. A mí se me
- Calentamos la leche en un cazo hasta que hierva y reservamos (yo no "aromatizo" la leche)
- Derretimos la mantequilla en una sartén y añadimos la harina. Movemos con unas varillas hasta que se dore. Añadimos la leche y seguimos removiendo.
- Dejamos hervir hasta conseguir la consistencia adecuada. Para las croquetas, procuramos que no quede demasiado líquida.
- Sal, pimienta y nuez moscada y ¡listo!
4. Con la bechamel aún en el fuego, añadimos el puré de calabaza y el bacon y removemos hasta conseguir una mezcla homogénea. Sacamos a un plato y dejamos enfriar, primero a temperatura ambiente y luego en la nevera.
5. Con la masa bien fría formamos las croquetas con una par de cucharas o con la mano (dependiendo de la consistencia) y las pasamos primero por huevo batido y después por pan rallado.
6. Freímos en abundante aceite caliente. Nosotros, que no tenemos freidora, usamos un cazo en lugar de una sartén para que las croquetas queden bien sumergidas en el aceite caliente.
7. Cuando estén doraditas las sacamos a un plato con papel de cocina para que se absorba el exceso de aceite e intentamos comerlas sin quemarnos.
Si no lo