El alma no usa ropa, no habla con palabras, no tiene defecto ni virtud. El alma es la esencia de cada persona.
Pon a trabajar el diálogo entre almas, sintiendo aquello que transmite la persona que tienes cerca. Atendiendo a tus propias emociones, a lo que estás sintiendo. Tal vez el ego te diga, por ejemplo, que ese “mal rollo” lo genera la persona que tienes enfrente, porque el ego mal gestionado es cobarde.
El alma habla a través del corazón, expresando emociones y sentimientos.
A veces, incluso, el diálogo verbal obstaculiza el dialogo directo entre las almas, una persona en silencio también se está comunicando.
En cualquier momento si estás con una persona es porque vuestras almas así lo decidieron, no dejes que tu ego tome las riendas.
Se trata sencillamente de cumplir con el acuerdo de crecimiento que todos tenemos. El intercambio natural a través de éste diálogo es mutuo, así como la ayuda para la evolución de ambas.