Diálogo: una actitud de respeto

Por Jpviola

Como todos saben, hace unas semanas se ha elegido nuevo Papa en la Iglesia Católica, por primera vez en la historia, un Papa latinoamericano. Como argentina, tengo el orgullo de sentirme especialmente identificada con el Papa Francisco y la curiosidad me ha llevado lógicamente a interiorizarme un poco más respecto de su persona y sus pensamientos.Lo que no pensaba era que las primeras líneas que leyera iba a querer compartirlas en el blog!! Casualmente, di con algunos pensamientos relativos al diálogo y la comunicación. Me parecieron imperdibles, muy claros y en algún punto, una visión original. Aquí les comparto para que reflexionen conmigo.

“El diálogo nace de una actitud de respeto hacia otra persona, de un convencimiento de que el otro tiene algo bueno que decir; supone hacer lugar en nuestro corazón a su punto de vista, a su opinión y a su propuesta. Dialogar entraña una acogida cordial y no una condena previa. Para dialogar hay que saber bajar las defensas, abrir las puertas de casa y ofrecer calidez humana”. 

Claro, dialogar implica una actitud humilde. Siempre hablamos de que para dialogar hay que saber escuchar, o que debemos practicar la empatía. Pero Jorge Bergoglio va mucho más allá: respeto hacia la otra persona; convencimiento de que tiene algo bueno para decirnos. ¡Qué difícil cuando la mayoría de las veces de lo que estamos convencidos es de que los demás debieran escuchar la gran idea que tengo, o mis argumentos, ya que claramente llevo la razón! Leed nuevamente sus palabras… ¿experimentáis el amor que transmite en sus palabras? Para mí es como que estuviera diciendo: hay que amar al otro, por el hecho de ser persona. Y desde allí, saber escucharlo con “calidez humana”.

Y sigue: “Son muchas las barreras que en lo cotidiano impiden el diálogo: la desinformación, el chisme, el prejuicio, la difamación, la calumnia. Todas estas realidades conforman cierto amarillismo cultural que ahoga toda apertura hacia los demás. Y así se traban el diálogo y el encuentro”. Diálogo y encuentro. Es que ¿puede haber diálogo sin encuentro? Me hace pensar nuevamente en las nuevas tecnologías, que tanto nos sirven a la hora de comunicarnos, pero que su mal uso puede alejarnos de quienes tenemos más cerca y anular nuestra capacidad de diálogo. Estemos atentos y que no nos pase.

Ojalá sepamos interiorizar esta forma de dialogar. Sin dudas seríamos todos un poco más felices, y nos sentiríamos más comprendidos. Ni hablar, que seríamos más sabios, permitiéndonos aprender de cada uno eso bueno que tiene para decir.