Diálogos en la Estación Intermodal Atemporal. Diálogo Nº 1

Por Daniel Paniagua Díez

Diálogo Nº 1

Las conversaciones en la Estación, en demasiadas ocasiones, son del tipo: una de cal y otra de arena. Con unos recientes visitantes, nada populares por aquí, tuve algo de bronca; la cosa en plan: sí, bueno, muy bonitas las catedrales y auditorios y esas cosas que hacéis con piedras pero muy mal la comida. Les sentó fatal vernos comer algo de pollo.

¿Con qué derecho hacéis tal cosa?

¿Y de dónde salieron las gallinas?

Faltal, la cosa no terminó bien; no se si volverán, así en plan turístico o bien armados con cañones de plasma y nos asarán a l´ast. Quedamos fatal, y tal y tal. Tengamos preparado un buen surtido de piedras de colores para regalarles en una próxima visita. (Es un consejo de gallego viejo; que ellos han andado mucho y por muchos sitios)


Lo que tenemos que aguantar los afiliados a los sindicatos en el sector de transportes, turismo y telecomunicaciones es mucho, de veras es... mucho. Pero como bien es sabido: la paciencia del ferroviario tiende al infinito. Les contaré más y más cosas sobre las gentes que pasan por nuestra E.I.A.

No todo son alegres chicas de Casiopea que vienen de despedida de soltera, procaces y deslenguadas, hay gente que viene en otro plan. Yo me suelo limitar a indicarles que eviten la comida basura y la bebida adulterada que sirven en ciertos antros de perversión.

Visitantes infectados, algunos lo han pillado; esto nos ha tirado abajo muchos puestos en el ranking de los mundos paradisíacos. Andaban por aquí, a sus cosas, y al regresar a casa se llevaron consigo la dichosa cosa XIX.

Comentarios muy desagradables en los tripavisadores galácticos; hemos perdido muchas estrellas. (Seguiremos caninos) Nadie sabe si regresarán (Maldiciones nos han echado en varias lenguas desconocidas y efecto cascada por toda la galaxia) Habrá que buscar en otras galaxias lejanas clientes potenciables, y potentes. Que pasen esta XIX, y las que vengan, asintomáticamente.


Aparece uno, estos días de atrás, diciendo que procede de Ganímedes ¿de dónde? No sabe ni donde queda eso, y no tiene nada que contar. Que solo ha venido a ver qué se cuece en este mundillo nuestro. (Y yo andaba a setas)

Básicamente y por decir algo me soltó tal cual: que dejéis de una santa vez atrás la idea de que estáis solos en el universo, de que sois los únicos seres inteligentes del universo.Que ellos están a la espera de que eso suceda; no tienen medios para invadirnos pero... seguirán a la espera.

De su extinción (supongo) cercana. Un maquinete muy cortito de entendederas me tocó esta vez. Antes de marchar confesó algo así como que les quieren echar del pedrusco que habitan y no saben a dónde ir (Aquí no, desde luego, que los mataríamos nada más verlos)

Podría haberle indicado Tritón, que tiene volcanes y cosas de esas pero... ¿quién soy yo para decirle nada?

A un tipo que ve el sol como una caja, del tipo que se utilizan para los servilleteros de los bares. Se entra por una puerta y se sale por la otra; pero nada de esferas de fuego: ¡llamaradas! Después toman la autopista y se van a otra estrella... ¿qué le dices?; la galaxia, todos los cúmulos galácticos, el universo mismo está repleto de esas “autopistas”.

¿A dónde les mandas?


En la Estación Intermodal Atemporal tenemos soluciones para casi todo. Seguramente los de la Torre de Control les han mandado para otra... ¿galaxia? El caso es que no den más la coña. 

Luminosos deseos y feliz fin de semana.


Daniel Paniagua Díez