Revista Cine

‘diamantes negros’: denuncia al negocio del fútbol

Publicado el 28 noviembre 2013 por Cintasperdidas @cintasperdidas

Cartel 'Diamantes negros'

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Diamantes negros es una película con un fondo más que honorable. Su intención, una denuncia en toda regla, es para aplaudir una y otra vez. El tráfico de menores de África a Europa, con promesas de futuros llenos de éxito en el mundo del fútbol, es una realidad tan vigente y preocupante como oculta. Este filme, dirigido por Miguel Alcantud, relata la historia de dos chicos de Malí que vienen a España con falsas promesas y unas expectativas lejos de la realidad.

Estos dos menores malíes (Setigui Diallo y Hamidou Samake), de gran talento futbolístico, son vistos por un agente de futbolistas (Guillermo Toledo) que les promete la posibilidad de hacer pruebas en grandes equipos europeos. Los costes deberán ser pagados por sus familias, pobres y con mínimas posibilidades. Ilusionados con que estos chicos triunfen y las salven de la miseria, sus familias depositan todas sus expectativas en ellos.

Ya en España, su representante (Carlo D’Ursi, productor de la película) les consigue una prueba en un equipo de baja categoría. Sin saber el idioma y sin conocer a nadie, los dos chicos toman caminos diferentes: uno consigue una prueba en Portugal gracias a otro agente protagonizado por Carlos Bardem y el otro termina vendiendo droga en un barrio madrileño. Sus caminos, llenos de incertidumbre, vuelven a cambiar siempre de la mano de la obligación por triunfar. Salvar a su familia, demostrar lo que realmente valen y no volver a su país por miedo al fracaso y a la deshonra les exige una perfección y una presión inaudita en chicos de su edad, solos y lejos de sus seres queridos.

Foto 'Diamantes negros'

El argumento, simple pero duro, da vueltas como sus respectivas carreras, que nunca serán lo que ellos soñaron cuando comenzaban su viaje. Las actuaciones de Diallo y Sameke son realmente fascinantes. Logran transmitir y plasmar cada emoción y cada sentimiento que pasa por los cuerpos de sus personajes. La inocencia y la sencillez que ambos actores reflejan en la cámara hace que el espectador sienta la tremenda injusticia que se comete con aquella gente: los futuros Drogba y Eto’o.

Las apariciones de Guillermo Toledo y Carlos Bardem, que simbolizan la cara del negocio del fútbol, son meramente anecdóticas y se convierten en un excelente apoyo a la denuncia que Alcantud encabeza. Así es como la cinta pasa de ser sólo una historia para terminar siendo una fuerte crítica a la actitud de muchos agentes y clubes que piensan sólo en sus propios intereses sin importarle la vida de estos diamantes negros a los que mienten, roban y engañan. La película se viste de cine comprometido que destapa los negocios más oscuros y deleznables de un deporte que destapa pasiones pero que esconde mil facetas reprobables.


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