Día/rio

Publicado el 27 febrero 2017 por Ispamaga @is_ma_ga

Leo  «el tercer secreto» de Steve Berry. Al llegar a la parte en donde menciona a la Ciudad del Vaticano; la fe, la Iglesia Católica, cierro con ímpetu el libro y lo guardo. Me frustro por mi falta de interés en ese tema. ¡Denme la vida no la fe!

Creo que no tengo la capacidad de tejer pensamientos. En este momento mi estado mental está seducido por imágenes instantáneas y  reflexiones desubicadas. Palabras que van y vienen y no logro apresarlas. Quisiera tener un poco de coherencia pero estoy tan encadenada a ti y a mí.

Hoy desperté cansada, descorazonada y fría, un poco más que los últimos días. Mi vida se debate entre escudriñarme; hallarme, saber qué quiero y libros y más libros. Muchas veces desaparece el placer de leer y me escudriño intelectualmente y me siento vacía -comparada con otras personas-, sentimentalmente soy un asco y emocionalmente ni se diga; soy una mezcla de ansiedad y desesperación interrumpida por las tareas diarias y los mensajes que no quiero leer. De repente me encuentro vacilando entre las hojas de papel y me pregunto si vale la pena que sean leídas por un ojo humano.

Continúo leyendo y mi alma recepta cada minuto, cada cúmulo de nebulosa abstraída de los libros; es algo que me eleva y me desconecta de todos ustedes.

Esta tarde está lloviendo, teclas y una hoja en blanco son mi consuelo. Se viene a mi mente tu pelo y tu rostro de estudiante torturado [sic]. Cerré los ojos un momento y vi mujeres cavando fosas en un jardín; luego las matan caen dentro de esas fosas y sus maridos se ahorran de comprar flores.  -Diosmío ¿por qué?-

Escucho a Miles Davis y su tema Kind of Blue.  «Sigue así»,  el sonido de las cucharas en los platos; los perros ladrando, la música de fondo, vuelvo a escuchar… «Sigue así». Proust dijo: «nunca se sabe de dónde vienen los ruidos» pero yo lo sé y así sigue, así sigue lo que me dice un ruido en mi cabeza que me envía a la deriva, pero no me caigo y marco una letra en la hoja en blanco y la miro como mirando un vacío, y pienso en ti.

Capturo lo gris en el altibajo de la trompeta de Kind of blue y recuerdo a Juliette Greco, la musa de los existencialistas franceses, con un cigarrillo en la comisura de sus labios; sus ojos delineados, el flequillo en su frente que la hacían eróticamente-artística y lo que expresa Sartre de ella: «Tiene millones de poemas en su garganta que nunca han sido escritos» empiezo a recrear en mi mente lo que significaba querer algo distinto a la música como lo decía Miles Davis: «la música era toda mi vida hasta que conocí a Juliette»; y pienso en ti, pienso en que nada me era más sentimentalmente atrayente que lo oscuro de tu forma de ser, y hay cosas que no te digo, que no puedo decir.

En fin, todo esto lo digo para que cuando leas algún poema que yo haya escrito, sea dicho como: «tenía millones de poemas que se aglutinan en su garganta, queda sin decir nada» o también como: «poemas para leer en el baño»

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