Autor: Fernando García Calderón y Facundo Laboa.
Editorial: Ediciones Alfar.
Año: 2015.
Género: Relatos.
Páginas: 289 páginas.
ISBN: 978-84-7898-635-4
Precio: 15 euros
Sinopsis:
F&F han indagado en la vida y milagros del lingüista Juan Ángel Santacruz de Colle, reputado tasador de libros antiguos y anónimo explorador de la costa swahili, entregando a los lectores unos relatos cargados de referencias a su biografía, su vocación literaria y su afición pictórica. Pocas veces ambas artes habrán compartido tren y asiento en un viaje de tan largo recorrido como este Diario de ausencias y acomodos
(sinopsis facilitada por la editorial)
Impresiones:
Creo que era Louis L´Amour el que decía: “Lo importante no es el fin del camino, sino el camino. Quien viaja demasiado aprisa se pierde la esencia del viaje”.
Una cita que se debe tener muy presente a la hora de disfrutar Diario de ausencias y acomodos, un libro de quince relatos que se va disfrutando con mayor agrado a medida que se avanza en sus páginas.El propósito de esta obra es tan arriesgado y tan ambicioso que no es captado a simple vista por el lector desde primera hora pero con paciencia y perseverancia, el discurrir de sus relatos dará con el fruto que cualquier persona que ame las letras desea, que le sorprendan con una obra escrita con mimo, con un estilo muy cuidado y generoso a la hora de narrar . Frases que sorprenden, citas que te obligan a releer con el fin de retener en la memoria, ironía y mucho sentimiento e intención de narrar más que simples palabras o contar una historia. Como buen ingeniero, Fernando García Calderón hace lo complicado vistoso, y de ahí al disfrute va sólo un paso.Se da el caso como en toda buena novela detectivesca, mientras menos se cuente de la trama el placer y la sorpresa para esos terceros que se acerquen a la historia es mayor. Podría contaros uno a uno cada relato, decir en torno a que giran y os privaría de que se detenga el tiempo mientras leéis, como privaros de ser cómplices de los homenajes que esconden sus entrañas y asistir en primera persona al abrazo cultural que la literatura y la pintura se dan en este libro. Bravo por la originalidad; se da el caso que contar, explicar, describir un cuadro a través de una historia no está al alcance de muchos y el merito del autor es grande porque mantiene un equilibrio constante para no aburrir y mostrar el camino al lector una vez que ha comenzado a recorrer el sendero que nos lleva a apreciar con deleite del conjunto de la obra.Mucho ha logrado Fernando y Facundo con este libro, en primer lugar que no vuelva a mirar un cuadro con ojos vacios, me han dado a conocer pintores, escritores, y un paisano cuya figura es digna de mencionar (cuanta historia anónima hay aún por descubrir) y que me marca una cita en un calendario, la publicación de la novela de Juan Ángel de Santacruz de Colle que espero sean tan apasionante como prometedora en las pinceladas que se narra sobre él en estos relatos.
Para finalizar aclarar que mis palabras no son fruto de la alabanza y la coba, no quiero que se malinterpreten, hay mucha exaltación desmesurada. Este es un libro que llegó a mí con la curiosidad de conocer a un autor que cosechó reseñas muy favorables con su anterior novela y que como paisano, contraj cierta deuda de proximidad el querer conocerle. Con la lectura por primera vez de un libro suyo puedo hablar desde la pasión, del deleite que produce una escritura compleja al principio que se disfruta poco a poco cuando va calando gota a gota en tu interior. Protagonista de momentos de reclusión entre lector y libro, mis palabras son el fruto de la sensación que la literatura deja en el interior de uno cuando primero se goza de un estilo y luego después se comprende la obra.Autor: