El Sr. Nuñez, candidato popular, parecía cansado. No dijo nada, llenó de generalidades un discurso vacío de contenido en el que, lo que más destacó, fueron las continuas flores y alabanzas que lanzaba hacia sí mismo, encantando, como estaba, de haberse conocido. Una actitud que se complementó con la sorprendente afirmación: "Yo no era concejal cuando se subieron los impuestos", renegando así de lo realizado por sus compañeros. No sé que opinión le merecerá una traición como ésta al Sr. Cerdán, alcalde por turno del impuestazo, o a la Sra. Millán, número dos de la lista del Sr. Núñez y que sí era concejala y sí votó afirmativamente a la subida de impuestos.
El papel desarrollado por el independiente Sr. López fue algo inaudito. Y lo de papel es literal. Yo creo que, por primera vez en la historia, los espectadores pudimos ver un debate de estas características en el que uno de los candidatos leyera todas y cada una de sus intervenciones. Algo así sólo puede ser traducido como una completa incapacidad para el debate y una total falta de respeto al ciudadano. Un Sr. López que, a pesar de dar la impresión de estar anestesiado, no perdió un ápice de su actitud soberbia y altanera.
Y frente a ellos, Paco. Incisivo en la exposición de los problemas que el desgobierno popuindependiente ha generado y claro y preciso en la traslación de nuestras propuestas y soluciones para el futuro. Un triunfo en toda regla por el que, desde aquí. felicito efusivamente a nuestro candidato.
Hasta el domingo.