Título: Diario de GordonAutor: Marcos Chicot.Editorial: Autopublicado, 2006Páginas: 165.
Resumen Oficial.
El retorcido ingenio de Gordon, así como su desmedido afán justiciero, convierten su día a día en un continuo disparate que alcanza el paroxismo cuando decide irse de vacaciones a Mallorca.
Diario de Gordon produce una insólita mezcla de asombro y diversión que mantendrá en vilo a todo lector que se aventure en esta comedia trepidante.
Impresión personal.
La verdad es que en su día le dije a Marcos Chicot, cuando se puso en contacto conmigo, que leería este libro, sobre todo por la curiosidad de ver cómo se defendía con un género que nada tiene que ver con los libros que le han dado la fama (El asesinato de Pitágoras y La Hermandad). L@s que me conocéis sabéis que soy muy poco partidaria de leer novelas de humor porque me cuesta mucho trabajo que me hagan gracia. Me pasa lo mismo con las personas "chistosas", los programas de humor, etc. Sonrío mucho, sí, pero de ahí a que algo me haga reír a carcajadas va un mundo. Por eso he contado las carcajadas que me ha hecho dar este estrambótico personaje y tengo que reconocer que he sonreído casi todo el tiempo, me he carcajeado dos veces y también me he cabreado lo mío. Y es que Gordon, según qué situación, puede hacerte mucha gracia o puede provocarte las ganas de darle una paliza y ponerlo en su sitio. Y yo que soy guerrillera por naturaleza hubiera disfrutado topándomelo en alguna que otra situación para bajarle un poco los "humos".
Si tuviera que describir en una sola palabra al protagonista de este libro creo que sería la de "exagerado" pero no en un único sentido de la palabra, sino en todos los sentidos. Cualquier concepto que vosotros utilizaríais para describir a una persona, en Gordon sería el máximo exponente:
- Es un misántropo patológico al que todos los seres humanos le parecen inferiores y llenos de defectos perniciosos. Los agrupa por categorías: los niños son insoportables y reivindica que vuelva Herodes; los jóvenes son todos drogadictos y unos gamberros aparte de ignorantes; las mujeres, como somos tontas, se enamoran pérdidamente y todas desean acostarse con él y si, por casualidad, no lo hacen son unas "zorras" y unas "calientabraguetas"; sus vecinas, todas ellas, unas envidiosas; sus compañeros de trabajo, unos inútiles que no saben lo que se traen entre manos y unos vagos; los trabajadores de otras empresas unos sinvergüenzas timadores (empleados de hotel, camareros, taxistas, azafatas, etc).
- Evidentemente, si toda la humanidad que te rodea es de esta "guisa", Gordon es el culmen de la perfección. Narcisista hasta la médula. Lo es tanto que es peligroso que ande suelto. Cuando alguien así se cree tan especial y tan único acaba reclamando de los demás un trato de continuo reconocimiento a lo que el supone que son sus méritos exclusivos, se imagina en los gestos de la gente cuestiones que no son tales (ni todas las mujeres que te miran están locamente pérdidas por ti, ni los niños que se ríen están pensando precisamente que eres su héroe). Gordon imagina siempre que lo que hacen los demás está orientado por el sentido de admiración que él despierta. Cuando el pobre, lo que despierta realmente, es la risa y el rechazo.
- Lo que Gordon entiende por justicia social/universal, en su caso, no suele ser más que venganza. No hay nadie en su vida que quede sin castigo "justo", si él piensa que de alguna manera le ha ofendido, vilipendiado, traicionado o cualquier otro "ado" que se os ocurra. Sólo leyendo este libro podréis ver hasta donde llegan los extremos de las venganzas que inventa. Por ellas ya os digo que debería estar internado.
- A pesar de que es una persona obesa no creáis que tiene ningún reparo en pensar que se parece a Elvis Presley en su mejor época o, sobre todo, a su ídolo, James Bond. Por ello tampoco pone remedio y se marca desayunos de cuatro huevos fritos, tres o cuatro bocadillos de mortadela (su gran pasión alimenticia) y crema de cacahuete. La mortadela no la compra en gramos sino en kilos y en rodajas gordas. En fin, lo de la comida es una desmesura más y cualquier cosa que comamos los demás, por muy comilones que podamos ser, Gordon lo triplica o cuadruplica.
Cómo podéis ver por el personaje que escribe su día a día, la historia que nos cuenta es también inimaginable en la mente de cualquier persona normal y a cada momento te hace sonreír, pero también sorprenderte por lo descabellado (y a veces cruel) de las acciones de Gordon. Sinceramente, no me gustaría cruzarme nunca con un Gordon en mi vida. A saber como terminaría el encuentro. El resto de personajes realmente son víctimas. Unos sufren más que otros a Gordon pero para ver cómo y en qué lo sufren debéis leer el libro, que además es muy cortito.
En conclusión, si queréis pasar unos ratos distendidos, riendo o sonriendo casi todo el rato, comiendo mortadela cada dos por tres, este libro es ideal para ello. Nunca me he topado en la literatura con un tipo como Gordon. Es un esperpento andante en el que se cumple a rajatabla eso de que "el fin justifica los medios" y además siempre sale indemne de todo. Si veis tampoco se aleja tanto del mundo de nuestros días ¿no?
Muchas gracias al autor por haberme enviado un ejemplar que he disfrutado mucho y sólo recordaros que Marcos dona un 10% de todo lo que vende a organizaciones que ayudan al personas con discapacidad.