[Diario de un emprendedor] Capítulo 10: Esencia de Gijón (2ª parte)

Por Evarogado
[Diario de un emprendedor] 

Capítulo 10: Esencia de Gijón (2ª parte)


Creo que se aprende más de una lágrima que de mil carcajadas. Aquella noche de Julio de 2002 estaba sentado en una tumbona de la playa de Cala Tarida, Ibiza. Algún mosquito se acercaba a recordarme que aquel paraje no eran tan idílico... Habíamos llegado hacía aproximadamente una semana a la isla como os comentaba en el capítulo anterior y junto con mi amigo Rafa Cambiella comenzamos a trabajar en el Hotel Insotel de Cala Tarida. Venía de una vida súper acomodada, de casa de mis padres donde me lo daban todo hecho. Verme de camarero de sala (no tenía ni idea de llevar siquiera un plato encima del otro) en aquel mega hotel con capacidad para más de 2000 personas en todo incluido hizo que mi débil moral se resquebrajase.
¡Yo quería trabajar de recepcionista y y no de camarero...  aprender y encima poder convalidar las prácticas de las carrera! ¡¡¡Aguanté 1,5 días!!! Tenía que convivir en una habitación para personal del hotel con 5 chicos de Sevilla en 3 literas. Con horario partido, al contrario que mis amigos..., por lo tanto no los podía ver mucho.
Encima desde mi trabajo anterior en un pub de Llanes se habían puesto en contacto conmigo para ver si quería hacer la temporada con ellos. El verano anterior lo había pasado en grande trabajando en el Pub Kefren así que tenía unas ganas locas de volver a Asturias.
Por eso recuerdo aquel rato llorando, sentado en aquella tumbona azul como si fuese hoy y pensando que hacer con mi vida. Lloraba de impotencia. De sentirme un cobarde y no ser capaz de afrontar la situación como un hombre. Llamé a mi madre (a quien sino) para explicarle como estaba el percal. Como buena madre lo primero que me dijo es que me volviese cuando quisiese a casa, a Llanes o donde fuese... Pero luego me recomendó que me quedase en la isla, que no actuase en caliente y que si necesitaba dinero para buscar una casa y vivir de alquiler que me lo ingresaban. Que no me preocupase por nada y que al menos conociese Ibiza y la disfrutase un poco...
Que haríamos sin los padres. Que pena que nos demos cuenta tan tarde de lo que hacen por nosotros... 

Les hice caso, me quedé en la isla, y por mediación de otro amigo de la Uni, Borja Martínez, que estaba trabajando allí encontramos una casita donde pasar el verano. 
Un día de aquellos tuve una charla con un tipo que se llamaba Miguel (más bien la tuvo el conmigo), era el jefe de recepción del Insotel. Es uno de los tesoros que me guardaré para siempre. Su forma de ver la vida y de tratar los problemas me alucinó. Fueron 15 minutos los que se sentó a hablar conmigo pero hay veces donde estas conversaciones valen más que un máster de 10 meses. 
Me puse a enviar CV,s a todos los sitios: hoteles, rent a car, supermercados... 
Se me estaba acabando el dinero extra de mis padres. Una mañana sonó un teléfono con un prefijo local. Eran del Hotel Green Oasis Club que también estaba en Cala Tarida. Hacía un par de días que les había dejado el CV.  Fui a hacer la entrevista y había una plaza.. de camarero. Me cogieron
De los comienzos en el Green Oasis recuerdo que a los 10 días de estar trabajando, me pilló el metre por banda y me dijo:
- Kike eres muy malo de camarero de sala (vaya novedad pensé yo). Esta noche te voy a dar una oportunidad en la barra a ver como se te da. Tengo que echar a una persona la próxima semana y está en tú y otra chica.

Pepe,
el metre, era mallorquín, bajito, y tenía un bigote tipo Dalí.  Parecía un poco cabrón pero en las distancias cortas ganaba y al final  del verano nos hicimos bastante colegas. Al menos no me reñía cada día por alguna pifia.
Aquella oportunidad me vino de lujo. Tirar cañas y poner cubatas sí se me daba bien y encima hablaba con los clientes y gracias a los típicos chascarrillos me fui ganando su simpatía y el respeto de mis compañeros que ya no me veían tan torpe.
Aquel hotel estaba lleno de alemanes que pedían La Bumba (lícor 43 con cacaolat) y de italianos que bebían grappa (una especie de licor). Te morías de risa con ellos. Eran muy simpáticos. 
Así que cuando tuvieron que elegir me dejaron en ese puesto para el resto del verano.Que cariño le tengo a la camisa verde de Hawaillano del Green Oasis y con que olores llegaba a casa todos lo días de estar repasando los cubiertos con vinagre.

Pero fui feliz. Muy feliz de haber tomado la decisión de quedarme en Ibiza. Conocí la isla más maravillosa del mundo. Necesitaría muchos capítulos para contar todo lo que vivimos aquellos meses. 

Como me quedaban 3 asignaturas para terminar Turismo me vine 4 días en Septiembre a presentarme a 2 de ellas. Mis padres me esperaban en el aeropuerto. Nunca había estado tanto tiempo sin verles. Les agradecí muchísimo el mini empujón que me dieron aquel día cuando estaba en la tumbona.

Me volví a la isla a terminar la temporada. Le había cogido el tranquillo y encima me habían cambiado los turnos y tenía más tiempo libre. Creo que Septiembre es el mejor mes para disfrutar las calas y los paisajes ibicencos. 

Terminó mi contrato en el Green Oasis y aunque fuese por una semana pude cumplir mi sueño de "currar" como recepcionista en el Insotel. Había visto a mis amigos allí todo el verano y me moría de envidia de haber sido el único en no poder hacerlo... (foto de arriba del post)
Cuando terminó mi tiempo..., a principios de Noviembre, empaqueté todas las cosas y me fui para el aeropuerto. Volvía a Asturias pero dejaba atrás un recuerdo imborrable.Me di cuenta que no llevaba ningún regalo para mi hermana Eva y que aunque le había llevado una vela de madera enorme cuando fui  a casa en Septiembre que todavía tiene en su salón, quería comprarle alguna pijadina más.Descubrí dando una vuelta por la zona de las tiendas del aeropuerto un perfume... Se llamaba "Campos de Ibiza" . Pagué y me lo guardé en la mochila. Ya tenía el regalo...
ContinuaráNueva Tienda On-Line Eva Rogado