UN RELATO EN CINCO LECCIONES
(Dicen los sabios que los cuentos son la mejor manera de contar lo importante, a mi me encantaría tener esa magia que hace que broten desde el arte interior hasta la punta de los dedos y de allí a la pluma…pero no. Solamente, muy de vez en cuando, se me cae alguno de entre los dedos)
Soy joven, no tanto como ahora (estoy convencida de que hace falta mucho tiempo para llegar a ser realmente joven) pero soy joven.
Me avisan por teléfono que, por fin, Swammi Sri Shiva Shamboo va a concederme una entrevista.
No hubiese podido acceder a él si no hubieses sido porque mi determinación se sobrepuso a una hilera de “NO” que podía llegar a la luna.
A mitad de camino incluso me he planteado la posibilidad de mandar todo a la mismísima mierda, pero seguí adelante.
Hay certezas que no se discuten, que tal vez a la luz de la razón sean inconsistentes, pero son profundas y reales… es la diferencia entre creer y saber.
Esas cosas que uno tiene que hacer a pesar de todo, a veces incluso de uno mismo, una voluntad sabia que responde a un llamado más allá de la lógica.
Soy una paradoja… altamente racional, tiendo en primera instancia a reprimir esos impulsos, a analizarlos hasta la disección, a “categorizarlos” de modo que se me hagan entendibles. Dada mi “condición” es algo extraño. Las personas que siguen caminos como el mío tienden a suponer que están más allá de la materia y esta no las afecta. Yo en cambio tengo una conciencia pertinaz de que en tanto esté en la tierra, nada de ello me es ajeno, antes bien, soy altamente sensible a todo lo terreno. Alguna vez esto me convirtió en algo peligroso incluso para mí misma, hoy, en cambio, es un atributo que me define especialmente en mi trabajo. Algo muy tántrico.
Así las certezas trascendentes se ven en la obligación de golpear las puertas de mi conciencia terrena hasta poco menos que tirarlas abajo, sino no les presto atención. Es, sin embargo, un buen seguro contra mariposas metafísicas, de esas que tanto les gusta perseguir a la gente y a mí me producen tanto rechazo.
Shiva Shamboo era una de estas certezas a las que yo había escapado metódicamente por dos años y luego había perseguido por cuatro meses.
Llegué al lugar esperando encontrarme con un ser provecto y barbado de cerca de 180 años envuelto en las típicas vestiduras naranja.
Salió a mi encuentro un hombre que tendría apenas unos años más que yo en jean , descalzo, con una azada en la manos y en cueros.
Mi cuerpo instintivamente dio un paso hacia atrás, yo me había vuelto intuitivamente esquiva a ciertas cosas
La primera impresión… LA PRIMERA LECCIÓN: Yo no estaba reaccionando frente a una imposición externa, sino a mi modelo mental, a mis juicios que reflejaban en le espejo del pasado lo que estaba viendo en le presente.
Y él, lo estaba haciendo a propósito, había una mansedumbre y una bondad en su mirada que se teñían apenas con un brillo de picardía pero envueltos en un mar de sabiduría.
Se acercó y puso las manos en mudra.
-Namasté Ganga Ma-
-Namasté Shiva Jamboo-
-No te aburren las presentaciones formales?-
-A mí me aburre todo lo que se prolonga en el tiempo sin sustancia-
Se sonrió.
-Esperemos que este encuentro sea largo según tu gusto entonces-
Nos reímos y las formalidades se cayeron rodando por el pasto para no regresar.
El encuentro duró dos días con sus noches. Mezquino hasta el momento de recibirme, una vez en su presencia fue generoso con sus tiempos de un modo ilimitado.
SEGUNDA LECCIÓN: No se trata de dar.. se trata de dar a quién puede recibir.
Tuve la inmensa fortuna de su valoración y se dedicó a mí en forma exclusiva.
No eran clases, yo iba cada vez que podía y él se desplegaba frente a mí dejando que yo aprendiera lo que me era accesible.
Dicen que el alumno que llega tarde es irrespetuoso y el que llega temprano es codicioso… poes yo era codicosa, una esponja egoísta que absorbía con entusiasmo animal todo lo que pasaba junto a él, cada acción era un aprendizaje, cada error una luz, cada sombra una invitación a nuevos caminos.
Nunca más he vuelto a conocer un maestro capaz de enseñar tanto en sus palabras y aún así enseñar más sin hablar.
Un mismo gesto, una misma actitud en tres ocasiones diferentes podían enseñarme tres cosas distintas o reforzar de modo imperecedero una lección.
TERCERA LECCIÓN: Tú no enseñas, porque no te es posible. Porque aprender no depende de quién enseña sino de quién aprende, y la lección llega como debe llegar cuando debe llegar. Porque en realidad tú le recuerdas al otro lo que sabe.
Nada más.
Un día entre té y bromas le dije, impertinente, que no estaba segura de que hubiera valido la pena esperarlo tanto
Y él me dijo:
- Y quién dice que fuiste vos la que esperó cuatro meses y no yo el que esperé dos años?-
No lo entendí…
-Lo que es para vos, es accesible a vos. Del modo que te corresponde que es el mejor posible-
-Una ley fundacional de la encarnación, pero por qué yo iba a “corresponderte” ahora más que antes-
-Tenés una mente poco dócil con la que yo ni hubiera podido sintonizar hace unos años… estar con vos acá es la prueba de que me corresponde enseñarte, es un honor al que accedo por mis méritos y mi voluntad-
En mi fuero íntimo ya había comprendido hacía mucho que acceder a él era algo que se había cristalizado gracias a un recorrido de aprendizaje y de forja, que lo tenían secretamente como destino, pero nunca medí que en la simetría divina ese mismo proceso ocuría en espejo en él.
Sin embargo la aplicación de esa ley de la encarnación siempre había tenido algo que no me cerraba y justo ahora me llenaba de ruidos…
-Decilo que se te va a atragantar el té- se sonrió en mis ojos.
Tiene, como todo ser nacido para iluminar, un humor maravilloso, a veces incluso oscuramente negro, (cosa que yo siempre le amo porque mi humor negro es imposible de soportar y trato de mantenerlo debidamente guardado para no consternar. Con él no me hace falta.)
-Nada en especial, es que es muy determinista, supone que yo no puedo hacer nada para modificar una circunstancia y sabés que yo me peleo con el concepto “karma”-
-Esto no tiene que ver con el “Karma” es una invitación a tu máxima realización y tu paz interior-
-Ché me estás jodiendo?!!! en qué quedamos?!!!! el axioma supone que yo no tengo ninguna voluntad sobre determinados suceso, que se me dan o no de acuerdo a una voluntad ajena a mí-
- Todo se puede cambiar, siempre, pero es preciso tener la voluntad para que las energías se aliñen dentro y fuera, la convicción sabia y la confianza de que no habrás de encontrar en tu camino nada que no sea lo mejor para vos en este momento. Cuánto tardaste en conseguir que te atendiera? –
-Eh?! ah, cuatro meses-
-Durante ese tiempo no sentiste que si se te hacía tan complicado seguro que no era para vos?-
-Si varias veces-
-Y por qué insististe?-
-mmmm….Por contestarte rápido, seguí insistiendo porque no dejé de insistir, al detalle es porque sabía que tenía que insistir, porque las instancias no se habían agotado y yo estaba segura de mi necesidad-
-Ves… el axioma se aplica después, no antes.
Si tu convicción está regida por tu sabiduría interior (incluso más allá de la razón “lógica”) y si varificaste con detenimiento que es sabiduría interior y no capricho.
Si tu mente se ha puesto a pleno en acceder a lo que buscas con cada recurso posible, incluso aquellos que te desconocías y que han salido a la luz sólo a los efectos de la búsqueda.
Si tu voluntad ha sido consecuente y se ha mantenido firme alimentada no por la determinación ciega, sino por la luz de la certeza, no es posible que no alcances lo que buscas.
Salvo que no te corresponda en este momento. Y entonces lo que era para vos en este instante, era la búsqueda en sí misma, el despertar a nuevas ideas, a nuevos paradigmas, a nuevas herramientas de tu mente, a nuevos horizontes…
Eso es lo que estaba destinado a enriquecerte para tu mayor bien. Tal vez lo otro sea posterior, tal vez no accedas nunca.
Lo importante es que no lo vivas como una fuente de frustración, como una incapacidad, sino como un estímulo invaluable para tu crecimiento. Entonces se vuelve nutritivo y te permite rescatar miles de valores que de otro modo se opacarían por tu sensación de impotencia-
CUARTA LECCIÓN: Los verdaderos mapas del tesoro divino pueden interpretarse conrrectamente sólo después de hallado el teoro.
-Así que cada vez que esté frente a una nueva situación el “PARA QUÉ” se privilegia al “QUÉ” y se subordina al “CÓMO”?-
-No se subordina, se entrelaza con él-
-Y el “objeto de deseo”…-
-No me gusta esa definición me parece pobre-
- A mí también pero es práctica, cómo le dirías?-
-Si te ha valido todo ese proceso no puede ser otra cosa que EL FOCO DE TU AMOR-
-woohoo… es buena!!!… así que: “el foco de tu amor” es en sí mismo un arcano que no manifiesta su propósito hasta que completas la búsqueda?-
-Si-
-Y si la búsqueda se hizo como corresponde…-
-A VER! Y cómo “corresponde”?-
-eeemm… espera que lo pienso… con la suma de todas las componentes?…-
-Hacetela más simple muchacha! Si la búsqueda te deja con la paz en el alma y en la conciencia viva de haberla realizado con lo mejor de vos… pero lo mejor de verdad eh?!.-
-ESO!!!!! si la búsqueda me trae verdadera paz lo que he encontrado es lo que me corresponde para mi mayor bien!!-
-Más té?-
-Andá a la mierda!!!-
QUINTA LECCIÓN: Encontrar la Verdad Divina no es un acontecimiento, es simplemente un recuerdo de nuestra Verdadera Esencia. No somos mejores porque somos capaces de acceder a la divinidad, somos mejores porque somos capaces de dejar luces en le camino para que otros lo sigan y también recuerden.
Jamboo se divertía negándome ciertos reconocimientos… dieta para el ego lo llamaba.
Después, de la nada, se sentaba una tarde a hablarme de mí y yo me quedaba apabullada sin saber qué decir.
Ahora ya no lo hace más, jura que mi ego ya está “en línea”… yo tengo mis serias dudas, me atraganto con mi arrogancia todavía, pero él es un guía porque sabe sostener mi lámpara y aligerar mis manos para que yo busque, no porque es perfecto, así que tal vez se equivoque es esta.