¿HASTA DÓNDE ESTÁ DISPUESTA A LLEGAR UNA MUJER EN SU BÚSQUEDA DEL AMOR Y DEL PLACER?Sophie es una joven periodista, atractiva, inteligente, independiente y divertida. Una mujer como muchas otras si no fuera porque, en la intimidad, se siente atrapada por las emociones intensas y el placer que le provoca ser sometida sexualmente.Pero cuando James, un atractivo y exitoso agente de Bolsa del que se enamora perdidamente, aparece en su vida, Sophie se adentra poco a poco en las zonas más oscuras del placer, empujada a extremos insospechados por el hombre a quien ama.Una novela atrevida, provocadora y llena de emoción, basada en una historia real, que nos arrastrada al excitante mundo de la sumisión.
Un libro que no va a dejar indiferente a nadie, muy crudo, sin pelos en la lengua, con la protagonista, la cual, nos narra una serie de acontecimientos de su vida que ,si es a mi a la que la pasa, me hubiera marcado de por vida. No entiendo como ella aguanto hasta el limite, si tiene dos dedos de frente, que en ocasiones lo dudaba, pero es un relato tan desgarrador que en ocasiones, hasta me olvidaba de respirar. Los inicios de esta sumisa y su progresión en este mundo, siempre esta narrado en forma de diario, de tal manera que la misma autora es la que explica como se sentía, como se siente y lo que supuso en su vida esa persona y dicha practica. Como lectora, me ha hecho entender la realidad de la sumisión, pero tan duramente que os juro que si me veo derramar una sola lágrima o sentirme como se sentía la protagonista en algunas ocasiones, las palabras de seguridad las hubiera dicho, no lo hubiera dudado, y una bofetada a ese hombre o patada en sus partes le hubiera propinado.Bajo mi punto de vista, os vuelvo a jurar, de verdad, que no entiendo como se puede llegar hasta ese limite, a ese punto en el que ves que no estas bien, te ves tocando fondo,y sigues, tu orgullo que se vaya de paseo, lo primero es estar bien , y luego juego a otro juego menos peligroso. No se como acabara esta chica o si sigue jugando con fuego, pero yo ya hubiera buscado ayuda, ya que a veces temí por su integridad física, que pensaba muchas cosas....
-Touché, señorita Morgan.- Soltó una risita abochornada-. Imagino que la primera vez que quedamos pensaste que era un poco capullo.
*Agradecimientos a la editorial.