"¡Lo aprendí todo acá! Llegué con 13 años, crecí aquí, fui al colegio… La mayoría de las cosas las aprendí en Barcelona. Siempre dije que estoy muy agradecido porque lo siento así.
Sí, prefiero ganar títulos con el equipo antes que premios individuales o meter más goles que nadie. Me preocupa más ser buena persona que ser el mejor futbolista del mundo. Además, al final, cuando se termine todo esto, ¿qué te llevas? Mi intención es que, cuando me retire, se me recuerde por ser buen tipo. Me gusta meter goles, pero también tener amigos entre la gente con la que he jugado. Es bueno que te valoren como persona, que tengan un buen concepto de ti más allá de meter muchos goles.
Los premios están bien. Yo los agradezco, claro. Pero, en el fondo, eso les preocupa más a ustedes, que siempre están preguntando si este es mejor que ese. ¿Xavi o Iniesta? ¿Quién lo sabe? Mi suerte es haber caído en este Barça, en el que hay grandísimos jugadores. Me lo ha dado todo: los premios, los títulos, los goles, todo. Este es un equipo que ya entró en la historia por todo lo que ganó. Tengo la suerte de jugar aquí y de hacerlo con Argentina, donde tengo grandísimos futbolistas al lado. Eso es lo fundamental. A mí me hace mejor el equipo, seguro. Sin la ayuda de los compañeros, no sería nada, no ganaría nada. Ni títulos ni premios, nada.
Me da bronca perder. ¿En la vida? En la vida, la pobreza. Vengo de un país donde se nota mucho. Hay muchos chicos muy jóvenes que no les queda otra que salir a la calle a pedir o a trabajar en lo que sea y de bien pequeños.
Nos centramos en la educación de los chicos, en tratar de sacarlos de la calle a través de la enseñanza y el deporte. Trabajamos con Unicef, hospitales, escuelas... Es lindo poder ayudar.
Los niños son lo más sano que hay, máxime cuando son pequeños y no tienen malicia. Te ven y se transforman. A algunos les da vergüenza. No hablan, no entienden que esté allí y les hable porque solo te ven por la tele y, cuando te tienen delante, casi se asustan. Hacer feliz a un niño es lo que más me llena.
No porque en ningún momento actúo. Soy como soy dentro y fuera de la cancha. Por eso no me preocupa que me miren porque sigo siendo yo mismo. Soy yo siempre. Hace mucho que empecé a ser conocido y ya se te pasa la vergüenza del principio.
Yo hago lo que puedo para ayudar al equipo y no sabría hacer lo que hacen ellos. Yo solo intento ayudar al equipo, siempre. No me gusta perder a nada y trato de ser una ayuda para ganar. Siempre lo digo: salgo al campo pensando en ganar, no en meter muchos goles.
Mi manera de jugar no cambió mucho, es verdad, aunque obviamente aprendí muchas cosas sobre el juego. Me ayudó venir al Barcelona y trabajar de la manera en la que se cuida a la cantera. Justamente ayer estaba mirando chicos de siete años a nuestro lado, entrenándose, y la forma en la que se les enseña es distinta a cualquier parte del mundo. De chiquito, te enseñan a jugar a la pelota, cuidarla, lo táctico, a entender el juego. ¡Y ya de chiquitos juegan igual que nosotros! No deja de sorprenderme.
Alguna vez me corregirían, pero no lo recuerdo. Me respetaron la manera de jugar, aunque es verdad que aquí la filosofía es parar y tocar de primera. Pero… ¡Yo no se la daba a nadie! Muchas veces me dijeron de largarla antes hasta que se dieron cuenta de que no me salía y me dejaron. Pero es verdad que, poco a poco, empecé a pasarla más. Pero cuando llegué... ¡No se la daba a nadie!
Me gusta mucho jugar en el Bernabéu. Es un gran club con una gran historia.
El Madrid, a la contra, te mata. Tiene delanteros rapidísimos y la conexión defensa-ataque dura cinco segundos y es gol. No le hace falta jugar bien para meter tres goles. Tiene muchas situaciones por sus jugadores, que son muy buenos. Yo tengo la suerte de conocer bien a Higuaín y Di María. El Pipa no aparece, toca dos pelotas y te hace dos goles. De la nada el Madrid te hace un gol.
No puedo hablar (de Mouriño) No le conozco, no hablé nunca con él. Solo puedo hablar de lo que consiguió, que es mucho, muchos títulos. Sé que sus jugadores hablan bien de él, pero no le conozco.
No, yo siempre digo lo que pienso, pero no siento ninguna necesidad de meterme en líos. No me interesa buscar conflictos ni problemas. No es mi idea ni mi estilo de ser. No le veo sentido a hablar mal de gente que no conoces de nada, que solo has visto jugar. Prefiero ser respetuoso con los demás, solo eso. Y ustedes lo intentan, eh... Pero yo en eso no quiero entrar".