Diarios de guerra XIII: La casa de tócame Roque

Publicado el 12 mayo 2020 por Salva Colecha @salcofa

Seguramente, si no es que te has exiliado a Júpiter, habrás visto show de Ayuso y su portada en el diario El Mundo en la que aparece como una mezcla de “La Dolorosa” y un personaje de “La casa de Bernarda Alba”, un sketch más en esta especie de vodevil que si no es por lo trágico del asunto nos haría hasta risa. No se qué pretenderá esta clase política que nos gastamos pero a base de ridículos épicos lo que están consiguiendo es que esta tragedia se haya transformado en una “casa de tócame Roque” en la que todos se dedican a tirarse de los pelos sin aclarar nada a pesar de que continuamos teniendo más de un centenar de defunciones todos los días.

En realidad daría igual que fuese esta señora o cualquier otro, también hemos visto a Ximo Puig rasgarse las vestiduras porque los valencianos nos hemos sentido muy estafados al saber que desde la Generalitat nos decían que éramos modelo y ahora nos hemos quedado en la “Fase 0”. O al Presidente de Andalucía al que parece que sólo le importa reabrir sus playas. Sólo por citar algunos porque, ya te digo, hemos llegado a un punto en el que da igual quien sea, se han instalado todos en la doctrina Trump, soltar una salvajada y seguir adelante. Nos da igual porque me temo que empezamos a verlos todos iguales, si hemos aprendido algo de todo esto es que la tribu que habita los sillones mulliditos no es capaz de otra cosa más que sacarse los ojos entre ellos  sin ver que los que morimos somos nosotros, los que les pusimos ahí con nuestros votos. Resulta difícil no verlos como una cuadrilla de personajes matándose por salir en la foto sin que les importe demasiado algo más que su propio interés, sin prestar oídos a los que seguro que saben mucho más que ellos. Me quedo con las lapidarias palabras de Tomás Guitarte (Teruel Existe) el otro día en el Congreso “Nosotros, señorías, apoyaremos la prórroga del estado de alarma. Y lo haremos porque así lo recomienda el comité científico principalmente”. Y no hay mucho más que hablar, podía haberse bajado de la tarima en ese mismo momento, estaba todo dicho. Cuando un problema es sanitario y hay vidas en juego deberían callarse, dejarse de inventos y permitir trabajar a la ciencia.

Ellos son así, van a lo suyo, si cumplen o no cumplen con los mínimos para “pasar de fase” poco les importa porque en realidad ya han pasado de pantalla, nos hablan de números y de economía cuando todavía estamos enterrando familiares y amigos. Nos dirán que no, pero han transformado esto en una loca carrera hacia el precipicio, vamos a bordo de una cáscara de nuez y sin timón en mitad de un maremoto. Ellos tampoco tienen ni la más remota idea de lo que está ocurriendo pero como viven anclados en SU verdad y encima nos han acostumbrado a ello, siguen adelante repartiendo las culpas en los otros y ofreciéndonos un espectáculo bochornoso con vidas humanas de por medio.

Al final seremos los de siempre, los que para la clase política tradicional  no somos más que una cifra que sale sobre mediodía todos los días, los que vamos a tener que “dar patadón y adelante” porque en el fondo nos tienen acostumbrados a que no van a arreglarnos nada y sólo los gestos de solidaridad sincera nos va a ayudar, otra vez. Saldremos de esta, por supuesto pero no será por ellos sino porque somos más fuertes. Saldremos gracias a los gestos sencillos de muchos que no saldrán en los telediarios, de los que se ponen las mascarillas, de los que respetan los horarios y de los que tenemos el convencimiento de que es nuestro turno. Tenemos un consuelo, peor no podemos hacerlo, porque como como lo hagamos solo la mitad de mal que nuestros políticos esto va a ser un desastre.