Todo empezó hace cosa de dos años, coloqué una radio en mi cocina junto a la TV que teníamos. Debido a la pobre programación mañanera centrada básicamente en sucesos, niños robados y otras "morbosidades" empecé a escuchar la radio. Normalmente Cadena SER, pero muchas tardes también las comparto con Julia Otero, los fines de semana con Manolo Fernández y su americana music en Toma Uno Radio y a veces hago alguna excepción más, pero principalmente me acompaña ella, la SER, cosa que me convierte en parte de esa masa amante de la radio pues esta es la emisora más escuchada en España.
Ha habido algo que me ha llamado mucho la atenición y es como yo siendo una persona bastante visual he logrado enamorarme de este medio. Las risas, las alegrías, cómo me he emocionado, carcajadas por la casa mientras hacía mis labores, cómo se me ha puesto la cara roja de ira al enterarme de verdades que en otros medios no salen. Recuerdo un programa no hace mucho en el que recogían testimonios de personas que lo están pasado francamente mal justo el día que el Gobierno sacaba pecho hablando de datos macroeconómicos que nadie entiende y que a nadie excepto a los que han seguido enriqueciéndose en estos 5 años importan. Puede que tenga que ver con la madurez, al fin y al cabo la radio va unida muchas veces a personas ya mayores que llevan una siempre encima, puede que sea por el absoluto declive de la televisión, no ya de la ficción, sino de los contenidos en magazines, tertulias y cómo no informativos lo que me ha empujado a la radio pero aquí he llegado y aquí estoy enamorada de ella. Aquí me quedo.
Feliz día mundial de la radio.