Días de vinilo. Todo lo que necesitas es amistad.

Publicado el 04 junio 2014 por Criticasen8mm @Criticasen8mm
Título original:
Días de vinilo
Año:
2012
Fecha de estreno:
06 de junio de 2014
Duración:
119 min
País:
Argentina
Director:
Gabriel Nesci
Reparto:
Gastón Pauls, Fernán Mirás, Rafael Spregelburd, Ignacio Toselli, Emilia Attías, Inés Efron, Leonardo Sbaraglia, Akemi Nakamura
Distribuidora:
Abordar Casa de películas
"- ¿Qué tipo de música escuchás?- Variado."
No, no, no. “Variado” no es una respuesta adecuada. La música es una seña de identidad, un estado de ánimo, una forma de vida. Un estilo musical o una canción puede llegar a definirnos tal como somos. Y ésa es la filosofía de vida de los cuatro protagonistas de Días de vinilo quienes, como en Alta Fidelidad, están unidos por la pasión irrevocable hacia la música en discos de vinilo, un formato en desuso que evoca nostalgia, remite a un pasado añorado. En su debut en el largometraje, el argentino Gabriel Nesci pone sobre la mesa tres temas universales: amor, amistad y música, un tridente que barajará acertadamente para componer una simpática dramedia romántica... para hombres.
Nuestros cuatro protagonistas son amigos desde la niñez. A causa de un accidente, les llovió del cielo una colección de discos de vinilo que les marcó de por vida. En la actualidad, rozando la cuarentena, casi todos se dedican a algo relacionado con la música. Excepto Damián, que carece de cualquier talento musical y ahora es guionista y director de cine. La inminente boda de Facundo marcará un punto de inflexión para reflexionar sobre su futuro inmediato, sus inquietudes laborales, las mujeres de sus vidas y su sólida amistad.
Unidos por una entrañable amistad y con la música como telón de fondo, cada uno de los personajes desarrollará una pequeña historia, todas marcadas por una relación con una mujer. Nesci habla del miedo a compromiso en clave de comedia para aligerar más una trama ya de por sí liviana. Los paralelismos entre sus trayectorias laborales y el camino por el cual transcurren sus vidas reflejan las intenciones del director y guionista de la cinta, cuya ambición pasaba por elaborar una comedia romántica desde la óptica masculina. Ha logrado una película sencilla, de conexión inmediata con la familiaridad de sus protagonistas y de ameno visionado a pesar del pequeño lastre de su azucarada -y épica, ya me entenderéis al verla- parte final.

Los cuatro actores principales, casi unos desconocidos en España -excepto Gastón Pauls, a quien todos recordamos de Nueve Reinas- cumplen con su rol y transmiten ese aroma entrañable requerido por la música sesentera, setentera y ochentera. Un aroma que no abandona nunca la película aunque se echen de menos más canciones de aquella época (más allá de los Beatles). El reparto femenino flojea, no está a la altura de su contraparte, en especial la chica colombiana de origen japonés cuya mediocre “actuación” -recital de frases sin alma- empaña la triste historia de Marcelo.
Por cierto, muy divertido el cameo de Leonardo Sbaraglia haciendo de sí mismo y demostrando muy buen humor al reírse de los actores con cierto caché dentro de su industria nacional. En definitiva, Días de Vinilo nos ofrece casi dos horas de reflexión, risas y melancolía en la vida de un grupo de cuarentones cuya inquebrantable amistad se pone a prueba por culpa de las mujeres. 
6/10