Reparto: Jack Lemmon, Lee Remick, Jack Klugman, Alan Hewitt, Tom Palmer, Jack Albertson, Debbie Megowan.Género: Drama. Alcoholismo.Producción: Warner Bros.Galardones: Nominada a cinco premios Oscar, de los cuales obtuvo el de mejor canción. Cuatro nominaciones a los Globos de oro. Tres nominaciones a los premios Bafta.Pais: EEUU
La realidad siempre supera a la ficción, y en este caso la historia se repite, es cierto, pero desde un ángulo mucho más despiadado al que otros directores hayan logrado acercarse. De hecho, el film en cuestión es directo y certero de principio a fin. La agria relación de bebida y equilibrio personal, es su eje principal. Vidas en construcción, rotas por dentro y totalmente indefensas ante un proceso de catarsis que no consiguen domar. Fuerza e ira interior son el lastre corrosivo que no les permite evadirse de unas reglas del juego creadas e implacables, que al final terminan por absorberlos y convertirlos en los perfectos parias sin un futuro que disfrutar. Esclavos y sometidos a un presente cruel e indigno, donde familia e hijos incluidos acaban siendo el alto precio que pagar. Melancolía y desgarro son sus destilos, espejo de una vida inmunda que hace tiempo desdibuja oculta su dolor.La protagonista femenina Lee Remick, soberbia e impecable es la viva imagen de la lenta caída a los infiernos; mientras el genial Jack Lemmon, consigue avergonzarte con un patetismo propio de la adicción y débil resistencia propia de la persona etílica que es. En definitiva, un drama maestro, con un final gráfico y metafórico igualado por pocos, sólo puede ser considerado excelente, y el culmen de las cintas de denuncia y retrato de las dependencias.
Antes de ver Réquiem por un sueño o Trainspotting, disfruten de Días de vino y rosas, se lo pido por favor no caigan en mi error.