Duermo poco y mal
en estos días.
Estoy bien
y de pronto,
me deprimo.
No es depresión, realmente.
Es una densa y el tenaz tristeza
que me cae de golpe.
Como una telaraña negra
que me atrapa y si me muevo
me enreda más
y aprieta sus hilos.
Y la araña acecha,
agazapada.
No se mueve.
Espera que la telaraña
haga su trabajo.
La tristeza se mezcla
con el miedo
y ya no duermo.
La vida mengua,
como la luna.
Es un hilillo,
un cachito
que apenas brilla.
¿Quién escribirá
mi obituario?
Duermo poco
y duermo mal
en estos días.
Golcar Rojas, julio 2017
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