El romanticismo de antaño, los juguetes de madera, caballitos de palo, muñecas de trapo, dormilonas con sus largas pestañas, carita de loza y cuerpo de género, relleno blandito; palitroques, autitos de plástico, que hacían las delicias de los niños, una colección maravillosa de juguetes que el Museo Histórico Nacional nos invita a visitar.
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Difícil es imaginar por los niños de hoy cómo era posible entretenerse con algo así, es como si fuera más allá de su capacidad de comprensión; niños que nacieron con la tecnología y que si no tienen un tablet, un smartphone o cualquier relacionado, no se pueden divertir!! Mínimo tiene que funcionar con electricidad ¡minimo! O por último, con baterías...Los tiempos han cambiado sin duda alguna ¡y vaya que han cambiado!!