Dibujar, trazar, pintar como un juego natural que surge de nuestras entrañas- Arno Stern

 Arno Stern viaja por el mundo confirmando una Expresión grabada en nuestro ADN. Dicen que 'descubrió' los mecanismos de la expresión, su origen y leyes hundidas en una memoria orgánica universal. Él se siente, sin más, 'testigo' de esa verdad.
Vía: Diario Vasco 11-12-2008 BEGOÑA DEL TESO
- Fue en 1946. Una institución de huérfanos de guerra le pidió ayuda. Usted puso a los niños a pintar y descubrió que... - No, no descubrí nada. Porque yo no buscaba nada. Digamos mejor que encontré, que me topé con, que fui testigo de algo que sigo confirmando día a día. - Entendido. Supo de la trascendencia de ese juego, el juego de pintar. - Los niños, libres de la necesidad de comunicarse con alguien, libres de maestros, de que alguien tuviera que comprender, juzgar o analizar sus dibujos, representaban siempre las mismas cosas. Y esas imágenes estaban regidas por unos mismos principios.- Huérfanos de guerra europeos, niños de Perú y Mali, criaturas no escolarizadas de Afganistán y colegiales de Guatemala pintaban, pintan, lo mismo. - Exacto. Existía, existe, una Formulación Universal, una manera innata, grabada en nuestro ADN, de expresarnos. No de comunicarnos,¿eh? La Comunicación es algo completamente distinto a la Expresión.- Siento que puede, debe, ser así pero explíquemelo, Arno. - La comunicación es algo fundamental, consustancial, a nuestra existencia. Nosotros lo estamos haciendo en estos momentos y yo me intercomunicaré esta tarde con la gente que acuda a mi charla. Sin comunicación no habría comprensión, no existirían las relaciones humanas. Ni el Arte.- ¿Ni siquiera el Arte? ¿Pero no se trata de la manera que el artista tiene de expresarse? - Lo es, por supuesto. Pero siempre, o la gran mayoría de las veces, es una forma de expresión que busca, desea o piensa en un receptor. Busca sorprenderle, provocarle, excitarle, gustarle. Mi idea de la Expresión es otra. Repito: sin juez, sin receptor. A través del dibujo (sin preocuparte de si está bien o mal, de si sabes dibujar o no), muestras algo muy tuyo, muy de tu interior. Algo compartido por todos los seres humanos.- Aunque lo hayamos olvidado. - Olvidado no. Lo hemos escondido mientras nos culturizábamos, mientras íbamos socializándonos. Pero existe. Permanece. Esa Expresión que fluye de nosotros cuando no tenemos en frente ni ni maestro ni juez es, repito continuamente porque lo confirmo en cada encuentro, un sistema autónomo, estructurado, universal.- Lo hemos dicho antes: grabado en nuestro ADN. - Más aún: sus raíces se hunden en la Memoria Orgánica.- Memoria que, me imagino, no es la que conserva los registros de nuestra vida cotidiana. - En absoluto. Guarda, atesora, los de nuestra vida prenatal. Pero no te creas, por mucho que encuentro y confirmo, para mí esa Expresión que no comunica, esos dibujos, esos trazos, siguen siendo hermosamemte desconocidos. Sé, soy testigo de ello diariamente en mis trabajos y, mis encuentros, que, cuando niños no dibujamos (dentro de lo que yo llamo Formulación) impulsados por lo que observamos sino que nuestros primeros trazos son fruto de nuestras capacidades motrices. Y, muy importante: no perdemos nuestro poder de expresarnos con el tiempo o la edad. Lo ocultamos, sí, pero podemos dejarlo salir.- Trazar, pintar, dibujar desde nuestro ADN, sin juez ni influencias artísticas, ni distracciones... ¿para qué, buscando qué? - Para dejar emerger nuestra realidad más auténtica, nuestra persona más interior. Para que sepamos de verdad quiénes somos sin esperar a que otros, juzgándonos, nos lo digan. Para liberarnos de la dependencia de unos modelos dados. Para adquirir una autonomía positiva. Dibujar, trazar, pintar como un juego natural que surge de nuestras entrañas. Si jugamos a reencontrar nuestro dibujo, acabaremos por reafirmarnos a nosotros mismos. Y a hacerlo en una relación con los otros perfectamente equilibrada, lejos de cualquier idea de competición.