Diccionario de tópicos

Publicado el 12 abril 2021 por Rubencastillo

Gustave Flaubert es uno de los nombres míticos de la cultura occidental del siglo XIX, así que cuando se abre uno de sus libros se espera obtener de él una especie de deslumbramiento de belleza, de éxtasis formal, de brillantez sin límites. Con esa esperanza me sumergí en las páginas de su Dictionnaire des idées reçues, su famoso Diccionario de las ideas recibidas. O, como traduce Consuelo Berges, su Diccionario de tópicos (Bruguera, 1980). Y lo que me he encontrado es una pieza menor, graciosa a ratos, ingeniosa a ratos, donde la mezcla de humor, ironía y solemnidad produce un resultado final, en mi opinión, discreto.

Es verdad que brillan de vez en cuando algunas gemas en este libro (quién lo negaría), pero el balance general no se eleva a gran altura. El diccionario de José Luis Coll contiene mejores dosis de humor; el diccionario de Ambrose Bierce, mejores dosis de pensamiento. Por comparación (resulta inevitable comparar), la propuesta del escritor de Ruan queda en un segundo plano, más anecdótico que esplendoroso.

De todas formas, durante la lectura he subrayado algunas definiciones que, llenas de gracia, retranca, inteligencia o mordacidad, copio aquí como ejemplo de los pensamientos flaubertianos:

Academia de la Lengua: Denigrarla, pero tratar de entrar en ella si se puede”.

Ajedrez: Demasiado serio para ser un juego, demasiado fútil para ser una ciencia”.

“Ciencia: Un poco de ciencia aparta de la religión; mucha, acerca a ella”.

Condecoraciones: Burlarse de ellas, pero con muchas ganas de obtenerlas. Cuando se obtienen, decir siempre que ha sido sin solicitarlas”.

Gloria: No es más que un poco de humo”.

Gramática: Enseñársela a los niños muy pequeños como cosa clara y fácil”.

Higiene: Preserva de las enfermedades, cuando no es causa de ellas”.

Imbéciles: Los que no piensan como nosotros”.

Infinitesimal: No se sabe lo que es, pero tiene relación con la homeopatía”.