La naturaleza es sabia… la vida siempre encuentra la forma de adaptarse a su entorno, a cambiar para no extinguirse. Amo la naturaleza y amo pasar tiempo con mi familia al aire libre. Y lo primero en que pienso es en cuántos pinos van a ser arrancados de la tierra para convertirse en un adorno más de la casa en esta Navidad. Y me dá mucha lástima.
Es un tema por demás controvertido, muchos creen que el pino natural ayuda al medioambiente mientras que el arbolito de plástico contamina. Yo personalmente pienso que lo ideal es no despilfarrar, es cuidar los recursos naturales y aprender que las cosas no tapan las necesidades internas ni las carencias.
Hace falta una gran concienciación ecológica, pero no solamente por parte de los consumidores, sino también por parte de los viveristas. Los árboles “de verdad” realizan una gran función al capturar CO2, y producir oxígeno durante los años que pasan en el vivero.
Luego en la mayoría de los casos, son arrancados prácticamente sin raíz, para que quepan en una maceta estandar y terminen secándose en nuestras casas tras el período navideño.
No es justo que esos árboles acaben siendo un mero objeto de decoración, son seres vivos!!!.
Esto podría solucionarse, poniendo a la venta árboles más pequeños con su raíz completa. Los compraríamos, y nos preocuparíamos en sacarlos al balcón unas horas cada día, y tras el período navideño muchos sobrevivirían para poder ser replantados.
La realidad actual es bien distinta, he recorrido numerosos viveros en mi ciudad, y todavía no he encontrado un árbol de Navidad , y me niego a comprarlo sin raíz para que muera sin remedio. Para eso prefiero comprarlo de plástico, que me durará muchos años, y seguramente será reciclable después.
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