Pero para ello hacen falta nuevos dictadores:
En la época romana existían estas figuras legales. Durante la república, diversos personajes asumieron el poder total en momentos de crisis durante un periodo máximo de 6 meses, para tras este tiempo, devolver al senado y al pueblo (bueno, a los patricios y équites) la soberanía. Sila primero y Julio Cesar después, dinamitaron esta figura que terminaría siendo substituida por el principado de Octavio Augusto.
Y esta figura es retomada hoy tanto en Egipto, como en Túnez. Un dictador militar toma el poder durante 6 meses para gradualmente devolverle la soberanía al pueblo y dotarle de una constitución y forma de gobierno democrática.
¡Qué cierto es que la historia se repite!, pero no siempre para bien.