Dieciocho años después...

Por Marinalafor
Por Andrea La Forgia - Colaboradora especial en Buenos Aires
Sommelier de Cava
Mientras estudiaba sommelierie descubrí que algunos vinos podían mantenerse, evolucionar e incluso mejorar con el tiempo.No todos tienen esa posibilidad pero si aquellos que habían sido pensados desde su inicio, elaborados con dedicación y con una crianza cuidada.Pensé en que los seres humanos nos parecemos bastante. Y pensé en mis hijos.Entonces me decidí a comprar un vino de guarda para cada uno de ellos, de las cosechas correspondientes a sus años de nacimiento.Y así, mientras mis pequeños hijos crecían , esos vinos fueron guardados pacientemente.La idea era que cuando cumplieran 18 años pudiéramos beber de esa botella todos juntos.Fue muy emocionante cuando tuvimos esta primera experiencia hace dos años con mi hijo mayor y hace unos días esa misma experiencia se repitió con el menor.Los vinos en cuestión son Lagarde Henry Gran Guarda No. 1  cosecha 1997, botella número 2237, y cosecha 1999, botella número 1067.Más allá de que los vinos estaban muy interesantes para beber, con algo de sedimentos en la botella, con su color teja debido al paso del tiempo y con una nariz con aromas complejos, fue maravilloso compartirlo con ellos,que pudierandisfrutarlo y valorarlo ya que ellos fueron parte del proceso y en este caso, no hizo falta tener experiencia en saber degustar.Fue una buena idea en ese entonces...Y es una excelente idea para celebrar!