En la Plaza de Europa en Zaragoza, junto al Ebro y muy próxima al Pilar, se han utilizado los octaedros estrellados con tetraedros como farolas. Hay dos tipos, doce pequeños cerrados formando un dodecágono y cuatro grandes vacíos para sujetar focos.
La fascinación que se siente ante este poliedro requiere una explicación: el núcleo interior es un octaedro regular, hay ocho tetraedros regulares pequeños y dos de arista triple maclados, si lo dejamos sobre la mesa nos daremos cuenta de que forma un cubo, y si además lo unimos a otro vemos que son cuboctaedros enlazados.
A la naturaleza una forma tal no podía pasarle desapercibida. La manera óptima de empaquetado de esferas, el sistema cristalino cúbico centrado en las caras, utiliza esta forma. El viejo problema de Kepler de mejor apilamiento de la fruta utiliza esta estructura.
Coincidiendo con el año de la Química tuvimos la oportunidad de poner de manifiesto el interés de estudiar y construir con detalle este protéico sólido cóncavo (VENx+ MQ 1.1), ahora tenemos la oportunidad de revivir el encanto.