A la tercera fue la vencida. Cadáveres en el clóset es el tercer trabajo de Diego Mena y sin duda alguna deja el listón alto. Las influencias se notan y el buen uso de las herramientas -creativas- por parte del cantante ha sacado petróleo de un género (el synthpop) que es inagotable si se le sabe domar.
Desde el primer compás del single promocional, titulado Intolerante, es evidente que la melodía y las máquinas no tienen porque estar divorciadas; muy al contrario, las inflexiones vocales de Diego se mimetizan con las bases rítmicas, desembocando en un nuevo estado que huye del revival y se apega al homenaje. Aunque el álbum rezuma discretamente ecos a Daft Punk, Depeche Mode y Air, es imposible no mirar hacia un referente directo, por sonido y espíritu: Colores Santos, aquel hermoso experimento de Cerati y Melero. Si las canciones Otra Vez, Yo No Soy Ningún Santo, Día en el Cielo y Robot redondean intachables el resultado musical, La Gran Melodía Panamericana directamente lo enaltece. El tema Por Siempre es emotivo e inesperado como cierre (huir de lo obvio siempre es bienvenido).Cadáveres en el clóset sorprende por su frescura, resalta por su producción y se eleva por encima del marasmo en que se encuentra la escena musical local. Diego Mena nos ha ganado por su valentía, editando un disco que con seguridad está entre lo mejor que se haya grabado en este paraíso dominicano.