Diego velazquez

Por Zayi

El pintor de quien voy a hablarles hoy, pertenece al movimiento cultural barroco. Teniendo en cuenta que éste movimiento está ligado con el absolutismo, la contrarreforma y el renacimiento católico, es bastante común observar como los adeptos a esta corriente artística, desplegaban en sus obras todo un conjunto de manifestaciones religiosas. Es por esto que podría decirse, que en los países católicos se observa todo el peso de la religión en este tipo de obras y en los países de origen protestante, aparece todo un derroche del mundo burgués.
La pintura Barroca se caracteriza por el aspecto dramático, los colores ricos y en tonalidades fuertes, pero más que todo, por el exquisito conjunto de luces y sombras de sus obras.
Hay muchísimos artistas afamados y valiosos que se inclinaron por esta corriente. Algunos ya los he ido presentando y otros, en el transcurso del tiempo, terminarán apareciendo en este espacio porque son pintores que me gustan mucho, pero hoy quiero cederle mi tiempo a un maestro maravilloso, así que sin más retrasos, los dejo con el gran Velázquez y su espléndido aporte para el arte.


DIEGO VELAZQUEZ



Diego Rodríguez de Silva y Velázquez nace en Sevilla,el 6 de junio de 1599 . Es conocido como Diego Velázquez y fue un pintor barroco, al que se le ha considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española y también , una figura indiscutible de la pintura universal.
Pasó sus primeros años en Sevilla donde desarrolló un estilo naturalista de iluminación tenebrista por influencia de Caravaggio y sus seguidores. Se trasladó a Madrid y a los 24 años fue nombrado pintor del rey. Cuatro años después fue ascendido a pintor de cámara que era el cargo más importante entre los pintores del rey. A esta labor dedicó el resto de su vida.
Su trabajo a partir de entonces consistía en pintar retratos del rey, de su familia, así como otros cuadros para decorar las mansiones reales. Su estilo evolucionó hacia una pintura de gran luminosidad con pinceladas rápidas y sueltas. En esta evolución tuvo mucho que ver el estudio de la colección real de pintura y su primer viaje a Italia donde estudió tanto la pintura antigua como la contemporánea.
La rápida ascensión de Velázquez provocó el resentimiento de los pintores más veteranos, como Vicente Carducho y Eugenio Cajés que lo acusaban de ser sólo capaz de pintar cabezas. Según escribió Jusepe Martínez, esto provocó la realización de un concurso en 1627 entre Velázquez y los otros tres pintores reales: Carducho, Cajés y Angelo Nardi.El ganador sería elegido para pintar el lienzo principal del Salón Grande del Alcázar. El motivo del cuadro era La expulsión de los moriscos de España. El jurado, presidido por Juan Bautista Maíno, entre los bocetos presentados declaró vencedor a Velázquez. El cuadro fue colgado en el Alcázar de Madrid y se perdió posteriormente en el incendio del mismo (1734). Este concurso contribuyó al cambio del gusto de la corte, abandonando el viejo estilo de pintura y aceptando la nueva pintura.
El reconocimiento de Velázquez como gran maestro es bastante tardío. Prácticamente hasta el principio del siglo XIX no aparece su nombre entre los artistas considerados mayores. Las causas son varias; Velázquez no acostumbraba a firmar sus obras, por lo que muchas se atribuían a otros artistas. Además, la mayor parte de su carrera la consagró al servicio de Felipe IV, por lo que casi toda su producción permaneció en los palacios reales, lugares poco accesibles al público. Al contrario que Murillo y Zurbarán, no dependió de la clientela eclesiástica y realizó pocas obras para iglesias y demás edificios religiosos, por lo que no fue un artista popular.
La obra de Velázquez comenzó a ser conocida cuando los viajeros extranjeros que visitaban España pudieron contemplarla en el Museo del Prado, que comenzó a mostrar las colecciones reales en 1819. Antes solo los que disponían de un premiso especial podían contemplar su obra en los palacios regios.
El reconocimento de pintores y críticos fue creciendo. El estudio sobre el pintor de Stirling Maxwell, publicado en Londres en 1855 y traducido al francés en 1865, ayudó en el redescubrimiento del artista, se trataba del primer estudio moderno sobre la vida y obra del pintor. La revisión de la importancia de Velázquez concidió con un cambio de sensibilidad artística.

Cuando Manet realizó su famoso viaje de estudio a Madrid en 1865, la fama del pintor ya estaba establecida, pero nadie se sintió tan maravillado y fue quien más hizo por la comprensión y valoración de su arte. Lo calificó como el pintor de pintores y el más grande pintor que jamás ha existido.
Por tanto el surgimiento de Velázquez como pintor universal se produjo hacia 1850. En la segunda parte del siglo fue considerado como el realista supremo y el padre del arte moderno.
A finales de siglo se añadió la interpretación de Velázquez como un pintor protoimpresionista. Stevenson en 1899 estudió sus cuadros con mirada de pintor y encontró numerosa conexiones entre la técnica de Velázquez y los impresionistas franceses.
Ortega y Gasset situó el momento de máxima fama de Velázquez entre 1880 y 1920, coincidiendo con el tiempo de los impresionistas franceses.
Luego aconteció lo inverso, hacia 1920 el impresionismo y sus ideas estéticas declinaron y con él la consideración de Velázquez. Según Ortega comenzó un periodo que llamó de invisibilidad de Velázquez.
Murió en Madrid el 6 de Agosto de 1660.