Una de las mejores maneras de mantenerte saludable y seguir desarrollando tu inteligencia es la Dieta mediterránea. Según un estudio realizado por la Neurocientífica Catherine Féart y sus colegas de la Universidad de Bordeaux -en Francia-, donde se observaron los hábitos alimenticios de 1,410 adultos mayores, se llegó a la conclusión de que el seguimiento de ésta dieta se relaciona con una disminución del deterioro cognitivo relacionado con la edad. Otro estudio, llevado a cabo por la Universidad de Harvard con 4,600 mujeres, demostró que también reduce el envejecimiento celular. Probablemente, los beneficios mencionados con anterioridad se deben al impacto positivo que tiene en el cerebro y el corazón.
Los componentes básicos de la Dieta mediterránea son los siguientes:
Alimentos ricos en vitamina C
Frutas: Algunas opciones muy buenas son manzanas, kiwis, fresas, uvas y plátanos. También es necesario el consumo de frutos del bosque tales como arándanos, frambuesas y zarzamoras.
Verduras: El brócoli, la zanahoria y las espinacas contienen beta-carotenos, los cuales pueden actuar directamente como antioxidantes, pero también pueden ser convertidos en vitamina A por el intestino.
Cereales integrales
Avena: Estas semillas vegetales encierran en su estructura fibra, calcio, hierro, zinc y vitaminas B y E. Los alimentos que contienen hierro transportan oxígeno al cerebro.
Trigo integral: Incluye el salvado y el germen. Del mismo modo que la avena, es rico en fibra y vitaminas B y E. Tiene un bajo índice glucémico.
Ácidos grasos Omega 3
Aceite de oliva: Es uno de los lípidos más benéficos que existen debido a su alto contenido de grasas mono-insaturadas, sustancias químicas y vitaminas E y K. Promueve la longevidad reduciendo el riesgo de cardiopatía.
Aguacate: Además de ácidos grasos mono-insaturados de buena calidad, posee folato (una forma de ácido fólico), el cual es vital para el buen funcionamiento del cerebro.
Frutos secos: Las almendras, nueces y semillas aportan al organismo proteína, selenio, vitamina E, potasio, calcio, hierro, magnesio y zinc; lo que también promueve un óptimo funcionamiento cerebral.
Salmón: Consumir, por lo menos, 2 porciones de pescado a la semana podría reducir el riesgo de muerte por cardiopatía en un 17%, y el riesgo de infarto en un 27%.
Legumbres
Frijoles y lentejas: Excelente fuente de proteínas y hierro, los cuales oxigenan los músculos y el cerebro. Al igual que el aguacate, contienen folato y proveen cantidades importantes de fibra, a diferencia de la carne.
Alimentos proteicos
Yogurt: No sólo aporta un alto contenido de proteínas y calcio sino que además sus “bacterias vivas” mejoran las funciones intestinales y del sistema inmunitario.
Quinoa: A diferencia de otros granos, provee proteínas completas al organismo además de hierro y magnesio entre otros minerales. Otra de sus ventajas es que no tiene gluten.
Flavonoides
Vino tinto: Junto con el aceite de oliva, es uno de los alimentos más emblemáticos de la dieta mediterránea. No sólo disminuye el riesgo de cardiopatía sino que además, debido a su alto contenido de antioxidantes, reduce en un 75% el riesgo de demencia si es consumido a diario, pero moderadamente.
Chocolate amargo: Entre mayor contenido de cacao posea en proporción al de azúcar u otros compuestos (por lo menos, 65% de cacao), es decir, entre más amargo y oscuro sea, será mejor para proteger tu corazón.
Si deseas probar la dieta, te recomiendo que consultes a un nutricionista acerca de los alimentos y las porciones que sean adecuados para tus necesidades alimenticias. En cambio, si prefieres intentarlo autodidácticamente, aquí te dejo una opción:
Un día mediterráneo
Desayuno: Jugo de toronja + Pan tostado con queso fresco + Una taza de quinoa + Una cucharada de aceite de oliva.
Colación matutina: Fruta picada (plátanos, fresas, manzanas) con yogurt + Un puño de nueces o almendras.
Comida: Tazón de sopa de verduras + Pescado asado (120 g) + Una copa de vino tinto (75-100 ml).
Colación vespertina: Ensalada de hojas verdes con aderezo de aceite de oliva y aguacate + Una taza de arándanos azules + Chocolate amargo.
Cena: Tazón de frijoles o lentejas + Una taza de avena + Un puño de nueces o almendras.
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¡Hasta la próxima publicación!