Dieta vegana, covid-19 y la próxima pandemia

Publicado el 24 abril 2021 por Josephdelapaz

La entrada Dieta vegana, covid-19 y la próxima pandemia, escrita por Joseph de la Paz apareció por primera vez en Vitamina Vegana.

¿Los veganos están protegidos ante el coronavirus? ¿La dieta vegana evita los síntomas más graves del covid-19? ¿Un mundo vegano prevendría la aparición de nuevas pandemias en el futuro?

Información y desinformación sobre el covid-19

Desde que el covid-19 apareció en nuestra vidas, allá a principios del 2020, y hasta ahora, cuando parece que ya vemos el final del túnel de la pandemia, vivimos rodeados de muchos interrogantes con respecto al dichoso coronavirus que llegó de Wuhan. Por un lado, la comunidad científica ha tenido que ir investigando, improvisando y explicando sobre la marcha. Por otro lado, en la era de Internet, las teorías conspirativas, los rumores y las fake news se han propagado a una velocidad mayor incluso que la del propio virus.

No deja de ser curioso que uno de los mayores difusores de información falsa acerca de la pandemia fuera el propio presidente de los EEUU, Donald Trump, quien lideró un esperpéntico club de gobernantes mundiales (Bolsonaro, Magufuli, etc.) que negaban o despreciaban la postura de la gran mayoría de profesionales.

Una de las cuestiones que más se han debatido es cómo fortalecer el sistema inmunológico para evitar contagiarse del covid. En este ámbito, a menudo surge la pregunta de si una dieta vegana o vegetariana puede evitar que nos contagiemos con el virus, o si al menos puede evitar que contraigamos síntomas graves de la enfermedad.

A continuación, examinaremos estas dos preguntas: ¿Pueden los veganos contagiarse del coronavirus? ¿Puede una dieta vegana evitar los síntomas más graves del covid-19?

Pero no nos detendremos aquí. Tras analizar la relación entre una dieta basada en plantas y el covid, todavía queda la cuestión más importante y crucial de todas: ¿se podría evitar la próxima pandemia si la humanidad adoptara una alimentación sin animales?

¿La dieta vegana o vegetariana te protegen del covid-19?

La respuesta rápida es que no. Pero vayamos por partes.

Por lo que sabemos, el coronavirus se propaga por el aire o a través de residuos en determinadas superficies. No hay ningún dato que haga pensar que el tipo de alimentación de una persona pueda protegerla de inhalar una de esas partículas y contagiarse.

Tampoco hay razón para pensar que, una vez inhalada, los veganos tengamos una composición sanguínea diferente que pudiera detener la multiplicación del virus. O que tengamos menos enzimas convertidoras de angiotensina 2 (ANG2), que son consideradas la puerta de entrada a los coronavirus.

En definitiva, aunque hay muchos factores, conocidos y desconocidos, que influyen en la probabilidad de contagio, no parece razonable creer que seguir una dieta vegana sea uno de ellos.

La forma más lógica de evitar el virus sigue siendo, por desgracia, evitar el contacto con otras personas que pudieran estar contagiadas, tengan síntomas o no. De ahí las recomendaciones oficiales, repetidas hasta el hartazgo, de llevar mascarilla, mantener la distancia, lavarse las manos minuciosamente, etc.

Una persona vegana, pues, puede contagiarse del coronavirus igual que cualquier otra persona. Pero, ¿experimentará la enfermedad en su versión más leve gracias a su dieta?

¿Los veganos tienen síntomas menos graves en caso de enfermar de covid-19?

Esta pregunta requiere ya varios matices. Vayamos por partes.

Dieta vegana y salud

En los últimos años mucha gente se ha empezado a interesar en el estilo de vida vegano por motivos de salud personal. Numerosos profesionales de la salud han realizado un enorme trabajo de divulgación para explicar los beneficios de una alimentación basada en plantas. En muchos países, las recomendaciones nutricionales oficiales ya están cambiando en este sentido. Además, documentales como Tenedores sobre cuchillos, What the health o The Game Changers han animado a mucha gente a cambiar su dieta y consumir sólo alimentos de origen vegetal.

Las ventajas de una dieta vegana para la salud radican en dos factores:

  1. Lo que no ingerimos
    Evitar alimentos de origen animal significa cerrar la puerta a ingredientes nocivos. Aunque tradicionalmente nos los han vendido como “necesarios” para una buena salud, hoy en día sabemos que la realidad es diferente. La carne, el pescado, los huevos y los lácteos son un pozo de desventajas. Contienen un elevado número de toxinas, antibióticos, hormonas, colesterol, grasas saturadas y otras sustancias perjudiciales para nuestro cuerpo.
  2. Lo que ingerimos en mayor cantidad
    Aumentar la proporción de alimentos vegetales hasta el 100% implica una mayor ingesta de fibra, vitaminas, minerales y otros nutrientes que sí son absolutamente necesarios para una buena salud.

Una dieta vegana favorece una alimentación más saludable. ¿Significa esto que nuestro cuerpo superará con relativa facilidad el covid-19?

Factores de riesgo

Sabemos que existe una relación directa entre una mayor mortalidad por la pandemia y varios criterios de salud. La mayoría de los enfermos hospitalizados por covid-19 sufrían problemas de salud anteriores, y se considera que estos factores aumentan el riesgo de unos síntomas más severos y una mayor mortalidad.

Según un estudio realizado por el British Medical Journal, confirmado por la experiencia de muchos otros países, existen varios factores que aumentan la probabilidad de una enfermedad grave. La edad, el sexo, los problemas cardiovasculares crónicos, las enfermedades renales y hepáticas y la obesidad están asociados con una mayor mortalidad por coronavirus entre los pacientes hospitalizados…

La edad y el sexo son factores que no podemos cambiar. Pero sí sabemos que una dieta basada en plantas puede reducir el riesgo de obesidad y de varias enfermedades crónicas, como la diabetes de tipo 2.

Obesidad

Empecemos por la obesidad, uno de los factores de riesgo para un cuadro grave de covid-19.

Seguir una dieta 100% vegetal no significa que vayas a adelgazar. A pesar de todo el ruido que hacen ciertas “celebridades” en Instagram, abstenerse de productos de origen animal no es un régimen para perder peso. Eso es un falso mito que debemos aclarar.

Lo que sí es cierto es que, de promedio, los  veganos suelen tener un Índice de Masa Corporal más bajo que los vegetarianos, y desde luego más bajo que quienes comen también animales. Esto fue demostrado por Diet and Body Mass Index, un amplio estudio publicado por el International Journal of Obesity en 2003 basado en una muestra de 38000 personas.

Enfermedades cardiovasculares

Tener un IMC más bajo implica un menor riesgo de padecer obesidad. Este dato también se asocia con algunas de las otras enfermedades reconocidas como factores de riesgo de covid-19 con síntomas graves, especialmente las enfermedades cardiovasculares y la diabetes de tipo 2.

Más allá de la masa corporal, cada vez parece más clara la correlación entre la ingesta de grasas animales y las enfermedades del corazón. El Dr. Greger lo ha demostrado en numerosas intervenciones y lo expone ampliamente en su libro Comer para no morir.

La diabetes de tipo 2

La diabetes es otro factor que aumenta el riesgo de un cuadro grave de covid-19, como asegura la Organización Panamericana de la Salud. También la hipertensión ha sido reconocida como un factor de riesgo, según numerosos informes como éste.

Por otro lado, la Asociación Británica de Diabetes reconoce que las dietas veganas bajas en grasas pueden favorecer “niveles más bajos de diabetes de tipo 2, menos hipertensión, niveles más bajos de colesterol y tasas reducidas de cáncer”. El Dr. Neil Barnard, del PCRM, ha publicado también varios trabajos al respecto y se ha erigido en una de las voces científicas más autorizadas sobre cómo evitar e incluso curar la diabetes de tipo 2 mediante una alimentación basada en plantas.

En base a todos estos datos, podemos deducir que una dieta vegana puede reducir las probabilidades de contraer síntomas graves en caso de covid-19. Pero esta conclusión, aunque tentadora, tiene demasiados matices.

La salud no depende sólo de la dieta

Una dieta saludable (y si te alimentas sólo de vegetales tu dieta probablemente lo será) es sólo un factor que mejora tu salud y te aleja de los grupos de mayor riesgo. Pero hay otros puntos a tener en cuenta.

  1. Hay dietas veganas que no son saludables. Las patatas fritas, los dulces, el alcohol, el chocolate, el azúcar, el pan blanco, y muchos otros alimentos no saludables también son de origen vegetal…
  2. Hay dietas no veganas que también son saludables. Podemos discutir matices, pero al fin y al cabo, una persona puede también tener una alimentación equilibrada y saludable incluso si incluye ingredientes de origen animal en pequeñas cantidades. No fomentamos estas dietas porque implican explotación animal, pero debemos reconocer que se puede mantener una dieta saludable que no sea 100% vegetal.
  3. La dieta no es el único factor que influye en nuestra salud. El ejercicio físico regular y el bienestar emocional también determinan en gran medida nuestro estado de salud.

El ejercicio físico mejora drásticamente nuestra salud de diversas formas: regula el IMC, fortalece el corazón, mejora la sensación de bienestar, etc. La OMS, por ejemplo, recomienda 150 minutos semanales de actividad moderada o 75 minutos de actividad más intensiva.

También el bienestar emocional es clave para nuestra salud. La famosa frase “Mente sana en cuerpo sano” también funciona a la inversa: cuerpo sano en mente sana. El estrés, llamado a menudo “el asesino silencioso”, nos perjudica de muchas formas. La meditación, la relajación, el yoga y otras prácticas de mindfulness contribuyen a mejorar nuestra salud física y mental.

Lo más correcto sería decir que una persona que siga una alimentación saludable, realice ejercicio físico adecuado regularmente y tenga niveles bajos de estrés probablemente tendrá menos riesgo de contraer síntomas graves de covid-19, en comparación con el resto de la población.

Y aún así, considerando todos los factores y matices expuestos anteriormente, parece razonable afirmar que la mayoría de personas que siguen una dieta vegana, en caso de contagio, tendrían menos probabilidades de enfermar gravemente del coronavirus.

¿Un mundo vegano evitaría nuevas pandemias?

Por ahora hemos visto que una dieta basada en plantas no protege ante un posible contagio de Covid-19. También sabemos que un estilo de vida saludable (alimentación + ejercicio + bienestar emocional) puede reducir el riesgo de síntomas graves, matizando así la afirmación de que las personas veganas pueden ser más resistentes al coronavirus.

Pero hasta el momento nos hemos referido todo el tiempo a la salud individual. Si damos unos pasos hacia atrás, podemos apreciar un panorama más completo e importante acerca de la relación entre el veganismo y el covid-19. No se trata tanto de nuestra salud individual, sino de la salud pública. No se trata del presente, sino del futuro más cercano.

El origen zoonótico de la pandemia

Antes de que llegara el covid-19 a nuestras vidas, muchos científicos ya nos habían prevenido del peligro. Ahora, muchas más voces siguen avisando, a quien quiera escuchar, que ésta no será la última pandemia que vivamos.

¿Por qué están convencidos de que la próxima pandemia es inevitable a corto plazo? Porque las mismas condiciones que facilitaron la aparición de este coronavirus, también causarán el próximo brote de una nueva enfermedad mundial.

Desde marzo de 2020, varias organizaciones veganas ya denunciaron el origen zoonótico del virus y su conexión con la explotación animal. No se estaban inventando nada, se basaban en el conocimiento científico. Aún así, “misteriosamente”, este argumento tuvo muy poco eco en el debate público. 

¿Qué es una enfermedad zoonótica?

El SARS-CoV-2, o covid-19, es una enfermedad zoonótica. Este tipo de enfermedades se transmite de animales a humanos, sea por virus, bacterias, hongos o parásitos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también explica:

“El mayor riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas se produce en la interfaz entre el ser humano y los animales a través de la exposición directa o indirecta a los animales, los productos derivados de estos (por ejemplo, carne, leche, huevos) o su entorno”.

Organización Mundial de la Salud

El covid no es el primer caso de enfermedad zoonótica que vive nuestra generación: la gripe porcina, la gripe aviar, el ébola o el SARS son otros ejemplos de enfermedades que fueron transmitidas por animales, normalmente vertebrados, a seres humanos. También la gripe española (1918), que se cobró entre 50 y 100 millones de vidas, e incluso el SIDA (según las últimas investigaciones) son enfermedades zoonóticas.

WWF – 20minutos.com

¿Cómo empezaría la próxima pandemia?

En una entrevista a David Attenborough en la BBC, el Dr. Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance y experto en enfermedades zoonóticas, afirma:

“nuestra relación destructiva con la naturaleza nos sitúa en riesgo de padecer nuevas pandemias”.

Dr. Peter Daszak

El Dr. Daszak explica que un tercio de las enfermedades zoonóticas ocurren cuando el hombre destruye zonas naturales (como la selva amazónica) para satisfacer sus necesidades. Recordemos que el 70% de la selva amazónica que se destruye cada año se destina a alimentar a los animales en la industria ganadera.

En estas zonas deshabitadas de gran diversidad biológica hay numerosos virus que jamás han tenido contacto con los humanos ni con otras especies de animales. Por lo general, la presencia de ganado en estas zonas favorece la transmisión de estos nuevos virus a humanos. Los animales explotados actúan como intermediarios.

La conclusión es inevitable.  El consumo de productos ganaderos aumenta la demanda de estos productos. Se fomenta y se financia así la deforestación a fin de habilitar nuevos terrenos para alimentar y criar el ganado. De esta forma, como explica el Dr. Daszak, crecen las probabilidades de nuevas enfermedades zoonóticas, y con ellas, nuevas pandemias.

La ganadería moderna: una incubadora de nuevas enfermedades

Además, las condiciones reales de la ganadería extensiva distan totalmente de la imagen idílica y romántica que nos intentan vender. Los intentos por aplicar ciertas reglas de bienestar animal sólo pretenden tranquilizar las conciencias de ciertos consumidores. La productividad es el único criterio importante para la industria ganadera (igual que ocurre en prácticamente todos los sectores de la economía).

Tras los muros

La productividad en el mundo ganadero se traduce en datos que hace pocas décadas habrían parecido de ciencia ficción.

Por ejemplo, la cantidad de leche obtenida de una vaca se ha doblado en los últimos 35 años. Sin la intervención humana, una madre vaca produciría casi 4 litros al día para su bebé. Hoy en día, la ganadería logra sacarle 28 litros de leche diarios.

La cantidad de animales hacinados y explotados también ha aumentado. Este gráfico muestra únicamente los animales criados para la producción de carne. No incluye a todas las hembras confinadas durante unos 3 años para la producción de huevos y leche. Éstas también llegan al matadero cuando su productividad baja y no resulta rentable para la empresa mantenerlas con vida.

Producción de carne en el mundo desde 1961 (FAO)

Es irónico e indignante que, a pesar de tal aumento en la productividad, la industria ganadera dependa cada vez más de las subvenciones estatales que pagamos todos los contribuyentes. 

Todos estos “avances” para mantener en vida crecientes cantidades de animales confinados en espacios reducidos y exprimir de ellos la mayor rentabilidad posible se basan en el suministro de suplementos químicos. En la ganadería moderna, los excrementos, la orina y restos de cadáveres son el nuevo hábitat de los animales. Ante estas condiciones, la industria derrocha cada año más dinero en amoníaco, hormonas, vitaminas y antibióticos.

En este contexto, la propagación de nuevas enfermedades entre vacas, peces o gallinas por ejemplo, no debería sorprender a nadie. Y el salto de cualquiera de estas enfermedades a un huésped humano es, una vez más, cuestión de tiempo. La explotación intensiva de animales, por la ganadería y la acuicultura, crean el caldo de cultivo ideal para nuevas enfermedades zoonóticas en los próximos años.

Ya actualmente, los científicos calculan que 3 de cada 4 enfermedades infecciosas emergentes provienen de animales.

Un mundo sin explotación animal

Cuando dejemos de consumir productos de origen animal, toda esta peligrosa industria acabará desapareciendo y la posibilidad de una pandemia se reducirá ostensiblemente. 

Nadie puede asegurar que en un mundo vegano no vuelva a darse una situación como la actual. La vida es, por definición, imprevisible. Pero nos intentamos guiar por la lógica en la mayoría de decisiones importantes que debemos tomar. Y aquí la lógica indica que si cambiamos la causa de las últimas pandemias de origen zoonótico, tendremos muchas posibilidades de librarnos de la próxima.

La cruel y arrogante explotación masiva de los demás animales no sólo crea un sufrimiento infinito en millones de seres sintientes e indefensos. No sólo está destruyendo el único planeta que tenemos para vivir. También perjudica la salud humana, tanto a nivel individual como público. El covid es un aviso bien claro. No lo ignoremos.

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