Dietario 68

Por Calvodemora

Niña torbellino, no flaquees, no dejes que la rotación de los astros turbe tu dulzura, no permitas que la terquedad de las horas prorrumpa en tu alma y la desquicie, la rotación de los astros corrompe la pureza, la estraga, la pureza baila con lujuria bajo la bóveda celestial y cae fulminada y entona un delicadísimo lamento.


El lance, si bien en amor templado, devino moriencia, timbró clausura. 
Dios  te salve, Karlheinz Stockhausen, Dios salve tu arcángel mudable, tu voz mecánica y con aristas, tu silbo de grillo bajo la lluvia en Salzburgo.
Hoy no me apetece releer Madame Bovary, hoy no me apetece volver a Johannes Brahms, hoy sólo me satisface hacer del día una siesta larga, hoy sólo me conforta dixieland.