Dietas veganas: Croquetas de calabaza

Por Mercè Vegana

DIETAS VEGANAS RECETAS: CROQUETAS DE CALABAZA: CRUJIENTES Y SABROSAS.

DIETAS VEGANAS RECETAS:  UNAS CROQUETAS DE CALABAZA SORPRENDENTES

En esta sección de dietas veganas recetas voy compartiendo aquellas recetas que me parecen originales , nutritivas y que se utilizan los productos de temporada.

En la sección cocina 5.0 podrás, ver muchas más recetas que he ido compartiendo, utilizando los productos de otoño.

En las  dietas veganas recetas que se parezcan a las que hacíamos cuando no éramos veganos o recetas tradicionales, ayudan a que el proceso de conversión sea más fácil y práctico

Las  dietas veganas  con recetas sabrosas, fáciles y prácticas son excelentes para sorprender a nuestros familiares y a nuestro paladar.

Las grandes propiedades de la calabaza hacen que nuestra dieta vegana sea equilibrada y nutritiva. Los alimentos para veganos deben tener propiedades altamente nutricionales para no tener falta de ningún nutriente necesario para nuestra dieta vegana.

Una dieta para veganos rica en proteínas, vitaminas , minerales e hidratos de carbono, provenientes de ingredientes no de origen animal, es la correcta para nuestra salud.

PROPIEDADES DE LA CALABAZA

-Previene el estreñimiento

– Ideales para la vista ya que lleva betacarotenos que se transforman en vitamina A

– Previene la próstata

– Buena para enfermedades del corazón por su vitamina c

– Antioxidantes naturales

-ayuda a eliminar grasas y desintoxicar

En las dietas veganas recetas con tantas cualidades, ayudan a prevenir falta de nutrientes que podemos obviar en nuestra conversión en veganos.

Esta receta,  está dentro de mi sección de dietas veganas  y es un excelente plato creativo vegano, no es de fácil elaboración, pero vale la pena para lucirte como cocinera vegana. Yo las he hecho y realmente impactan por su rebozado crujiente al combinar alternando diferentes harinas.

LA RECETA: 

 400 g de calabaza (he usado calabaza butternut)

  • 1/4 de pimiento amarillo mediano
    1/4 de pimiento rojo mediano
    2 champiñones medianos
    1/2 puerro pequeño
    6-8 cucharadas de harina de trigo
    1 cucharada de almidón de maíz (maicena) mezclada con 2 cucharadas de agua
    2 cucharadas de aceite de oliva
    1/4 de cucharadita de sal
    Para el rebozado:
    1/2 taza de harina de trigo
    4-5 cucharadas de harina de garbanzo
    1 cucharada de vinagre de manzana
    1/2 vaso de pan rallado de maíz (maíz para rebozados)
    1/4 de cucharadita de ajo en polvo
    aceite de girasol para freír

Pon a hervir agua en una cacerola mediana o grande.
Pela la calabaza y córtala en cubos no demasiado grandes (de 1,5 cm de lado está bien). Hierve la calabaza en el agua de la cacerola a fuego medio durante 12-14 minutos, hasta que esté tierna. Sácala, escúrrela y déjala enfriar.

Lava los pimientos, champiñones y puerro y pícalos finos. Calienta el aceite en una sartén antiadherente mediana o grande, a fuego medio, y saltéalo todo 3-4 minutos. Añade la sal.

Con un tenedor o machacador de patatas aplasta la calabaza para hacerla puré (no lo batas con la batidora. Puedes usar un pasapurés).
Mezcla el almidón de maíz con el agua y añádelo a las verduras. Agrega la calabaza y mézclalo muy bien. Añade poco a poco y sin dejar de remover la harina de trigo. Añade una cucharada, remuévelo todo, que se mezcla muy bien, y añade la siguiente. La cantidad de harina dependerá de la cantidad de líquido de la calabaza, así que es posible que necesites un par de cucharadas más o menos. Tú sigue añadiendo harina y removiendo muy bien, la textura que buscamos es que la masa se haga bola y se despegue de la sartén. No te preocupes si la masa es un poco pegajosa, cuando se enfríe endurecerá más.
Déjalo enfriar, por lo menos hasta que esté templado, o mételo en la nevera toda la noche para formar las croquetas al día siguiente.

Para hacer el rebozado pon en un bol o plato hondo la harina de trigo, en otro la harina de garbanzo con el vinagre y el ajo, y aproximadamente 3/4 de vaso de agua (mézclalo bien hasta que quede con una consistencia de crema más bien líquida). En un tercer bol o plato hondo pon el pan rallado de maíz.

Forma las croquetas con una manga pastelera de boquilla muy ancha (mínimo 1,2 cm de diámetro) o tomando porciones de masa con las manos y dándoles forma de cilindro de tamaño mediano.
Pásalas por los platos en este orden:
– Primero por la harina de trigo, procurando rectificar su forma.
– Después por la mezcla de harina de garbanzo. Escúrrelas con un tenedor.
– De nuevo por la harina de trigo, cubriéndolas bien por todos lados y agitándolas en la mano para eliminar el exceso de harina.
– Ahora otra vez por la mezcla líquida de harina de garbanzo. Sácalas también con un tenedor para que escurran.
– Por último pásalas al plato del pan rallado de trigo, que se cubran bien por todas partes, y déjalas en un plato o en una bolsa de congelación.

La secuencia es harina-líquido-harina-líquido-pan rallado. Con esto nos aseguraremos un rebozado grueso y crujiente.
Cuando las tengas hechas todas puedes congelarlas o freírlas en el momento.

Calienta abundante aceite a fuego medio en una sartén honda o en la freidora (175-180ºC). Cuando esté caliente mete las croquetas (las que quepan) y deja que se doren. Muévelas de vez en cuando con cuidado para que se hagan por todas partes por igual. Cuando empiecen a dorarse sácalas a una rejilla o un plato con doble capa de papel de cocina absorbente.
Sírvelas calientes.

Estas croquetas os quedarán extremadamente crujientes por fuera y muy, muy cremosas por dentro, se deshacen en la boca.

Una buena solución para nuestra dieta vegana 

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