Mi único rayo de sol en esa mañana gris y fría. Viniste a cambiarlo todo y todavía no soy capaz de perdonarme nuestro primer encuentro. Cuando te vi y no te encontré mía. Por favor que no me vuelvan a decir que si te informas, decides. Es un insulto.
Creo que no he vivido más puerperios que este; suplicando que no llores. Sola entre tanta gente. No servía saber.
Te abracé fuerte y me dejé llevar. Y me llevaste a descubrir otras maternidades. Los tantos lados oscuros con los que en los diez años anteriores no me había topado. Los que ni siquiera sospechaba que existían.
Abracé a otras madres con historias como la mía. Abracé a otras madres con historias más tristes. Abracé a madres sin niño.
Se me abrieron los ojos y no pude cerrarlos más.
Lloro pequeña. Por todo lo que no pude darte y en cambio, mira todo lo que me has regalado. A mí y a tantas.
Diez años, maestra. Te amo.