A veces es bueno echar la vista atrás. Desandar los pasos. Mirar todo lo que has caminado hasta un punto y agradecer la oportunidad a uno mismo y a todos aquellos que lo hicieron posible.
Al filo de las 200.000 visitas -no son muchas, es cierto, aunque agradezco cada una de ellas- no puedo evitar pensar en ello. No me comparo con los demás, pues he cometido ese error demasiadas veces, sino con quién fui y hacia dónde aspiro a llegar. El resto queda para disfrutar el recorrido.
Por tanto, esto va a ser breve, no va a ser un artículo extenso de esos que tenéis que perdonarme constantemente (casi siempre he intentado escribir pequeñas columnas de opinión aquí, pero pocas veces lo he conseguido), sino un recordatorio de unas cuantas horas de navegación por mi propia casa, tanto de forma literal como figurada, que me han demostrado cuánto tengo que agradeceros a todos y todas.
Lo dicho, gracias por estar ahí.
de 21 de junio de 2016. Una crítica imposible de omitir contra el artículo Perrolatría del escritor y académico español Javier Marías.
De este modo, yo, como responsable de mis canes por los que siento perrolatría estoy obligado a cumplir unas obligaciones y a defender unos derechos propios y otros del animal.
de 10 de mayo de 2016. Sobre la corrupción, la Ley Mordaza, las leyes para unos y las leyes para los otros, las dos Españas y el statu quo.
Tú sé inteligente: no digas nada. ¿Por qué arriesgarse? ¿Para qué dejar el ordenador y salir a la calle? La Ley te lo prohíbe. Recuerda. Sé inteligente. Cállate. Asiente. Haz otra cosa. Mira hacia otro lado. No hagas nada. No te metas en líos.
de 26 de abril de 2016. Sobre todas esas personas que han cambiado el rumbo de nuestras vidas; en mi caso, el profesor de Lengua castellana y Literatura. ¿Y en el tuyo?
Era alguien; alguien alegre, liberal, muy de la Movida, y supongo que lo seguirá siendo con una década más a rastras. Alguien que sabía que las cosas no se han de forzar, que llegan cuando llegan, que son años malos para los del pupitre y que, si uno lo toma demasiado en serio, no saldrá vivo de ahí.
de 9 de febrero de 2016. De lo malo que fue vivir una adolescencia con Kung Fu en la televisión, Lorca en la mochila y las mejores Olimpíadas del mundo gracias a un Freddy Mercury que no alcanzó a conocerlas.
[...] la gran ciudad es cruel desde su nacimiento; ya lo dejó escrito Lorca tras visitar Nueva York, envuelto en aquel espectáculo de suicidas, de gentes histéricas y grupos desmayados, que se ha exportado al mundo entero.
de 13 de septiembre de 2015. Que no consiguió su cometido, porque, pese a llegar a muchas personas, solo lo hizo a quienes quisieron escuchar. Eso sí, vaticinaba lo que todos sabíamos: la fiesta del Toro de la Vega, que nunca fue fiesta, no duraría.
Sabed que, con este texto, yo rompo una lanza más por el Toro de la Vega, y os confieso que estoy harto; estoy harto de que estas manos con las que escribo sean tan parecidas a aquellas que, cada septiembre, dan muerte a un animal tan noble.
de 12 de marzo de 2015. Sobre las enfermedades raras, unos padres que lo hicieron todo por su bebé y una niña increíble que se llamó Lucía.
Soy Lucía, y tal vez, durante las últimas semanas, has leído en diagonal unas líneas sobre mí. Unas líneas que quizá ni recuerdes dónde estaban; porque soy otra historia que ha pasado inadvertida ante tus ojos. Otro pedacito de mundo que creías que te ibas a perder. Deslizándose en tu muro de Facebook o en tu timeline de Twitter.¡Silenciosamente adversa para todos!Así me ha conocido la mayoría en mis primeros meses de vida: como un destello en sus pantallas, un correo electrónico, una breve charla de sobremesa de domingo...
de 19 de enero de 2015. Una historia de un cerdo, no de un perro, y ahí queda su maldición. Nada nuevo bajo el sol.
¿No puedes? ¿No puedes cambiar el mundo, verdad? Abre la jaula. Corta la reja. Déjame libre. Veo a los cachorros desde aquí; comen, ajenos a todo lo que sucede. ¿Harás lo mismo cuando mi nombre se haya olvidado? Cuando no sea nada, solo tumbas dentro de vosotros.
de 8 de enero de 2015. Probablemente el texto por el que estás aquí, por el que sigues leyéndome o te suscribiste al blog. Relato de despedida a un amigo o carta protesta contra el maltrato animal: tú eliges.
¡Hola! Esto es una carta extraña, pues no sé a quién le escribo. Solo espero que algún día, por suerte o por tenacidad, llegue a la persona que abandonó a Caos: nuestro perro, que antes no fue nuestro, sino de alguien que no lo merecía.
de 8 de octubre de 2014. El sacrificio de la perra de Teresa Blanco, una vergüenza más por la que sentirse español; la tristeza y la incomprensión que la mayoría ya habrán olvidado, pero que es suficiente para mí para no votar jamás a esos malnacidos de mierda.
Pobre Excálibur. ¿Sabrá ella algo de lo que ha pasado? Yo que tengo perros sé que son muy espabilados, pero supongo que la idiotez del Partido Popular también le ha cogido por sorpresa.
de 26 de mayo de 2014. Otra carta más sobre por qué jamás deberías abandonar a un perro; el segundo texto más leído de este blog -por asociación con el de Caos, imagino- y la excusa para no olvidar que ellos nunca lo harían.
Y es que entiendo que creas que soy idiota. Comprendo que tú no tengas tiempo ni dinero que gastar en un bicho de doce o catorce años que te encontraste maltratado y moribundo en una carretera, pero a mí me vale con poder dar a ese animal algo de paz y tranquilidad que le permita dormir con los dos ojos cerrados al fin.