Cada uno de nosotros inventó su propia historia y le dio a su bicicleta el lugar que le pareció oportuno. El resultado es una cariñosa selección de relatos en los que, curiosamente, nadie ha repetido tema, y en los que las bicicletas a veces vienen, a veces van, a veces ni se mueven. Son protagonistas, coprotagonistas, secundarias y en ocasiones simples elementos del mobiliario. Son causa o son efecto, empiezan a vivir o languidecen.
Un libro, en fin, con ruedas, manillares y ruedines que ya está al alcance de todos vosotros.