¿Quieres salir en bici pero te asustas porque desde tu ventana las copas de los árboles no dejan de temblar? ¿Los ciclistas que pasan por delante de tu casa llevan cara de desesperación y a veces dan bandazos extraños? ¿Tus piernas están preparadas pero tu cabeza no? Pues sigue leyendo nuestros consejos para salir a andar en bici con viento y deja atrás tus miedos…hoy también podrás entrenar.
4. No te olvides del avituallamiento.
Este es uno de esos aspectos que normalmente no se tiene en cuenta cuando hablamos de consejos para afrontar un día con viento. Y es que los cicloturidtas parece que tenemos tan metido dentro de la cabeza el hecho de que debemos comer y beber a intervalos regulares para no caer en un desfallecimiento que jamás nos vamos a olvidar. Y, como tú y yo sabemos, eso no es así.
Come y bebe
En días de viento estos consejos se hacen mucho más necesarios, por varias razones. La primera es que la propia tensión de tener que pedalear con viento, los bandazos que dará la bici de forma autónoma y el hecho de que apenas podamos soltar las manos del manillar para conseguir una dirección más o menos constante hace que muchas veces nos olvidemos de avituallarnos. Este gesto tan típico de bajar una mano a la barra diagonal del cuadro para coger la ponchera no es tan sencillo hacerlo cuando intentamos no salirnos de la calzada por el viento, lo que puede provocar que nos olvidemos de beber,
Otro factor es fundamental para explicar la razón por la cual en días de viento se producen más desfallecimientos por falta de avituallamiento que en otros días. Y es que el continuo aire contribuirá a secar nuestro sudor y refrescar nuestra piel, por lo que la sensación de ahogo y sudoración no será tan intensa como en otras ocasiones, y nuestro cerebro interpretará eso como que la necesidad de agua y avituallamiento es igualmente menor. Es decir, que será engañado por el viento, pero nuestro cuerpo no, con lo que tarde o temprano caeremos en un desfallecimiento por falta de alimentación o líquidos.
Bebe y come
Por último la alimentación sólida también deberá cuidarse especialmente en estos días. No siempre es cómodo comer encima de la bici cuando hay aire de cara, por la sensación de ahogo, y ni siquiera resulta demasiado seguro en muchas ocasiones. Por eso en estos días de viento es mejor idea que nunca lo de pararse a la sombra de un árbol buscar una buena tapia o una casa tras la cual guarecerse del viento reinante, y comer tranquilamente las menudencias que llevamos en los bolsillos de nuestros maillots. Y después a retomar la ruta poco a poco, con filosofía, y pensando que esos días de viento que tanto te hacen sufrir son los que después marcan un diferencial en tu entrenamiento que te permite subir sin demasiadas dificultades los puertos en los que disfrutas en otras ocasiones. Así que no te lo pienses, no seas vago y a la carretera aunque haga viento…eso sí, no olvides avituallarte.