diez consejos para mantener tu moral alta (II)

Por Rafael @merkabici
  1. Lleva un registro de tu evolución. Sé metódico a la hora de apuntar tus entrenamientos y tus logros, porque así podrás contemplar en qué puntos has estado más fuerte y en cuáles has fallado para poder corregir cosas en el futuro. Tu libreta de entrenamientos se convertirá en la mejor de tus amistades a la hora de preparar ese punto tan especial para el que tanto te llevas preparando. Algunos ciclistas guardan todos los cuadernos de entrenamiento de su vida deportiva, lo que constituye un archivo muy valioso sobre aquello que les va bien y mal a la hora de salir a andar con la bici. Pero este inventario tiene otro aspecto aun más importante, como es el hecho de suponer una motivación constante para ti, ya que podrás comparar tus progresos actuales con las velocidades medias y distancias recorridas en el pasado y comprobar que sí, que tu entrenamiento funciona, que tu evolución es constante. Y eso es la mayor de las motivaciones.

  1. Busca inspiración y motivación en tu vida. Esto es algo subjetivo, y cada persona puede aplicarlo de la forma en que mejor le parezca. La idea es rodearnos en nuestra vida del día a día, en nuestro lugar de trabajo, en nuestro hogar, de algo que nos inspire y nos motive. Hace años Andrea Tafi, antiguo ganador de Roubaix, decía que tenía el trofeo de esa carrera en el salón de su casa, justo enfrente de donde comía. Eso le servía, según él, para concentrarse en él cuando tenía más hambre y renunciar a un postre o a picotear algo, solo por poder aspirar de nuevo a tener otro trofeo tan bonito como aquel. Nosotros no queremos ganar la París Roubaix, pero sí que podemos ponernos en nuestro despacho un pequeño recuerdo de esa marcha que tanto deseamos hacer, un salvapantallas en el ordenador con el paisaje del puerto que anhelamos subir o alguna foto de una carrera antigua que tenemos entre ceja y ceja. Y claro que cuando hacemos rodillo podemos ponernos carreras viejas de los pros, para así encontrar en su esfuerzo la motivación necesaria para el nuestro propio. Es la mejor manera de conseguir llegar más lejos, siempre un poquito más lejos.

  1. Conocimiento es poder. Conocerlo todo sobre tus metas es tenerlas al alcance de la mano. Así que intenta rodearte de ese conocimiento. Procura leerlo todo sobre la marcha que anhelas concluir, intenta conocer al dedillo los perfiles de los puertos más importantes que vas a subir, empápate con historias antiguas de la misma hasta el punto de saberlo todo sobre ella. La sentirás tuya, la sentirás cerca, y eso hará que estés mucho más preparado para superarla. Hoy en día puedes acceder a ese conocimiento de muchas maneras posibles: a través de prensa especializada, la televisión o la Red, por lo que es imposible que no puedas llegar a tener todos los datos que necesitas para afrontar con garantías tus retos. Además, si eres de natural curioso y prestas atención a lo que te cuentan, puedes aprender cosas interesantísimas sobre historia, etnografía o folklore de los lugares por los que te vas a mover. No desaproveches esta oportunidad.