Maus es la novela gráfica que por antonomasia está en todas las listas de recomendaciones hechas y por hacer. La obra en la que Art Spiegelman ofrece un testimonio ensordecedor sobre el nazismo ocupa los primeros puestos en los ránkings y es, sin lugar a dudas, todo un clásico en nuestros días. La crítica la enalteció con prontitud pero realmente ha sido el lector corriente el que la ha colocado en su lugar. Por eso, tanto si eres uno de los muchos lectores que se han acercado a sus páginas como, si por el contrario aún no lo has hecho, te proporcionamos diez detalles minúsculos, insignificantes, pero interesantes sobre un cómic de matrícula de honor.
Detalle de la obra Maus donde se retrata el horror del holocausto judío. © Art Spiegelman, Norma Editorial.
1. Empezamos por lo básico: el argumento. Muchas cosas se han dicho, escrito y plasmado en distintos artes sobre el nazismo, unas han resultado buenos ejercicios de representación histórica y otros no han servido más que de mera repetición. Maus no entra dentro de este último tipo. Es, sin embargo, una fiel narración biográfica de Vladek, padre del autor y superviviente del holocausto judío. Nuestro protagonista es un judío asentado en Polonia que pese a disfrutar de una buena posición económica y social como vendedor textil tendrá que asimilar el avance de una nueva fuerza política de derecha, dispuesta a salvar la pureza de la raza aria y pulverizar a los judíos. Una historia dura, contada con crudeza sin caer en sentimentalismos. Spiegelman rebusca contenido inédito, lo trata y lo representa con grandeza a la vez que no deja de contarnos la complicada relación padre-hijo.
2. La importancia del tono fabulístico de la novela.Desde su nombre, Maus (ratón en alemán), hasta las figuras antropomórficas que llenan de vida las páginas de la obra, todo tiene sentido. Y no sólo por el hecho acertado de comparar el juego de un gato y un ratón con el que fue uno de los hechos más despiadados del siglo XX, sino por toda la significación que hay detrás. Otros animales también desfilan por sus páginas mostrándonos un perfil agudo sobre qué papel jugaron las distintas naciones en el conflicto. Los polacos serán los cerdos. Los suecos, los ciervos. Los ingleses, los peces. Los franceses, las ranas. Los americanos, los perros. El hecho de diferenciar así a los distintas naciones es un claro reflejo del ambiente de una época en la que el individuo no tenía tanta importancia por sí mismo sino por la comunidad étnica a la que pertenecía y por la necesidad de pertenecer a una nación. Como curiosidad, Art Spiegelman ha comentado en varias entrevistas que la metáfora del ratón y el gato la habían inspirado dibujos de su infancia como Tom & Jerry.
Portada de la edición integral en inglés de Maus. ©Art Spiegelman.
3. Su publicación. Lejos de publicarse en un tomo integral que incluyera la obra completa como en un principio deseaba el autor, Maus vio la luz por primera vez en la revista Raw y lo hizo de forma serializada. Raw es una revista de cómic creada por el propio Spiegelman y su mujer, François Mouly. La obra al completo supera las 300 páginas y es una lectura obligada. El verdadero porqué de su publicación en este formato más abajo.
4. Su valor documental: Como ya dijimos antes, se ha escrito mucho sobre el nazismo pero Maus viene a contar a aportar claridad y, sobre todo, novedad. En algunos portales podemos encontrar incluso que esta obra sirvió de inspiración para otras posteriores por el descubrimiento de vivencias y curiosidades sobre los supervivientes que en otras obras se habían menospreciado. Tal es así, que el mismo Spielberg pudo acudir a sus páginas para revivir el horror del nazismo en La lista de Schindler.
5. Y no, no nos vamos a alejar mucho de Spielberg porque tiene mucho que ver con el desarrollo de Maus. Más bien podríamos decir que marcó la manera en la que Maus vería la luz. Spiegelman tardó años en recabar todo el material necesario para ambientar la novela así como escuchar los interesantes relatos de su padre. Hasta aquí todo normal, pero es que a los oídos del bueno de Spiegelman llegó que el reconocido director de cine estaba trabajando en una película que se llamaría An American Tale (Un superviviente americano). La noticia sembró de desasosiego el ánimo del autor de Maus. Él mismo confiesa que le robó el sueño y se sorprendía una y otra vez con el inquietante parecido de los dos apellidos. Por ello, Spiegelman se vio obligado a no publicar la obra en un tomo integral (la que fue su primera idea) sino a hacerlo en varias entregas. El tiempo le dio la respuesta a Spiegelman que pensó que su trabajo se vería reducido al aparecer la película del reputado director. Años más tarde, la película ha pasado sin pena ni gloria por la historia. Por el contrario, Maus es más que un referente.
Detalle de una viñeta de Maus en la que el propio autor se dibuja en un mar de inseguridades. © Art Spiegelman, Norma Editorial.
6. Y la respuesta no fue otra que el primer premio Pulitzer para una novela gráfica. Esto ocurrió en 1992, un año después de la publicación del segundo tomo de la historia. De sobra es conocido su gran valor gráfico (currada expresión incluso en un sobrio negro) y su validez como documento periodístico de recopilación, ordenación y narración a modo de reportaje profundo sobre unos años concretos. Hasta ahora es la única novela gráfica que ha logrado hacerse con este preciado galardón. Además de este importante galardón, la obra cosechó otros importantes éxitos. De paso, cabe decir que el autor no ha vuelto a brillar del mismo modo que lo hizo con esta obra.
Detalle de una viñeta de la obra. © Art Spiegelman, Norma Editorial.
7. El detallismo es otra de las cualidades que hacen destacar esta obra. Esta característica aparece, por ejemplo, cuando vemos los fallos de dicción de Vladek al enfrentarse al inglés. Su hijo no sólo se preocupó de enlazar unos hechos con otros y de contextualizarlo en el presente (con oportunos flashbacks) sino que también le importó que la condición de su padre como emigrante también apareciera reflejada en el habla. El protagonista tiene como lengua materna el yídish, aunque se maneja en sueco, alemán y polaco. La traducción actual de la edición española también contempla este detalle aunque llama la atención que la primera edición en España de Maus (Planeta DeAgostini) no contuviera ese rasgo tan particular.
Portada de MetaMaus. ©Art Spiegelman, Random House Mondadori.
8. ¿Sabías que antes del dibujo definitivo de Maus Spiegelman llegó a publicar las primeras páginas con otro registro? Fueron publicadas en Raw y a España llegaron a través de la revista STAR. Desde luego, en los primeros dibujos perfila su idea inamovible de plasmar el holocausto en figuras antropomórficas a las que les da mucha expresión en los rostros. No sabemos si el cambio partió de él mismo o del buen consejo de algún amigo/experto. Lo que sabemos es que el resultado fue inmejorable.
9. Fue el germen de las dos vías que actualmente tiene la novela gráfica: la independiente y autobiográfica. Su ejemplo lo han seguido otros tantos autores que han creado ficción a raíz de sus propias vivencias dejando al margen el lado más comercial. En otras palabras, dio los primeros pasos de la senda que ahora recorren autores como la iraní Marjane Satrapi o el canadiense Guy Deslisle con sus distintas crónicas en lugares de conflicto.
10. Ahora, cuando se cumplen dos décadas de la aparición de esta obra, el autor vuelve a rendir homenaje a la que fue su obra más aplaudida y lo hace a través de MetaMaus que llega con un año de atraso respecto desde su publicación en Estados Unidos. En este libro, el lector podrá encontrar todos los detalles de la obra, un DVD que incluye una a una las viñetas de Maus comentadas por el autor así como entrevistas con su padre, etc.
María José Gata
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