Twitter ha traspasado sus propios límites para convertirse, con el permiso de Facebook, en el fenómeno social más revolucionario de Internet en los últimos años.
Ahora le toca el turno a Twitter, así que atiende a estos ejemplos de mal uso para evitarlos a toda costa:
1. Usar tu cuenta Twitter solamente para hacer retweet
Cuando haces retweet, estás volviendo a publicar el tweet de un usuario, lo cual está bien si el mensaje lo merece o quieres agradecer el aporte que ese usuario te ha hecho. Pero si acabas practicando ese reenvío constantemente, tu cuenta acabará por tener el mismo interés que el enésimo 'powerpoint' enviado por el amigo pesado de turno. ¿Y dónde acaba normalmente ese mensaje? En la papelera, sin pasar por la casilla de salida...
2. Usar Twitter como pasarela de publicación de otras aplicaciones
Sin embargo, es posible que revises tu historial de mensajes y sólo encuentres tweets publicados por aplicaciones o páginas externas y ningún pensamiento propio. Al final, tus amigos te acabarán preguntando si escribes en Twitter con una plantilla.
Para evitar estas situaciones, nada mejor que rescindir los permisos de publicación automática de estas aplicaciones y tuitear sólo aquellas cosas que merezcan la pena.
3. Llenar los tweets de hashtags
En Twitter, los hashtags son palabras unidas y precedidas por el símbolo de almohadilla (#) que sirven para fijar el tema de un mensaje. A efectos prácticos, la repetición de hashtags por muchos usuarios es lo que define los temas de tendencia en esta red.
Un hashtag convertido en tendencia puede tener un valor increíble y cambiar el mundo literalmente. Sabiendo esto, es todo un mal ejemplo de uso llenar mensajes enteros con temas que no tienen utilidad: primero, porque devalúan el propio significado del hashtag; y segundo, #porque #entorpecen #muchísimo #la #lectura.
4. Escribir un tweet para cada cosa intrascendente que te pasa durante el día
Todos hemos caído en este punto alguna vez, en parte por la inmediatez que supone Twitter como medio para desahogarse. Lo importante aquí es que, si tu vida no es precisamente la de un bombero o un especialista de cine, al menos dejes constancia de tus rutinas con mesura y dejando entrever tu propia personalidad en cada tweet.
5. No saber diferenciar una mención de un mensaje directo
¿Y cuál es esa diferencia, si no lo sabes aún? En que una mención (reply) es visible por tus seguidores mientras que un mensaje directo es de carácter privado entre dos usuarios.
Todo un clásico: escribes algo personal a un contacto y usas la "@" de la mención pública en lugar de la "D" del mensaje privado. Ambos signos pueden preceder al nombre del destinatario, sobre todo si van al principio del tweet, así que ten cuidado.
6. Olvidarte de que, al escribir un tweet... lo leerán
Para empezar, si quieres usar Twitter para publicar en petit comité, revisa tus preferencias de privacidad para que sólo tus seguidores o followers puedan leer tus mensajes. Y, por supuesto, si no quieres que alguien te lea, no le menciones con una @seguida por su nombre de usuario.
7. Entrar en una conversación tarde y/o mal
Si el planeta Tierra girara a la velocidad vertiginosa con la que se mueve Twitter, saldríamos despedidos al espacio sin rumbo definido. Los temas en esta red social cambian con una facilidad pasmosa y, en unas horas, usar un tema para escribir un tweet puede carecer de sentido.
Son muchos también los que aprovechan que un tema se ha convertido en tendencia para soltar perogrulladas como "No conozco #nombredetema" o "¿#nombredetema es tendencia en Twitter?", simplemente por figurar en el momento. Si eres de esos, es posible que las pullas que recibas de otros usuarios tengan un motivo más que claro.
Por supuesto, este punto cobra especial importancia si eres una persona famosa...
8. Ignorar y no saber ser ignorado
En el caso contrario tampoco hay que pasarse. Si un mensaje realmente es interesante, hacerle una mención no sólo no te desacredita, sino que te aporta lo mejor que tiene esta red social: participar en infinidad de conversaciones interesantes. Así que proponertecontestar a varios followers al día no es mala idea.
9. Creer que la cantidad de following o followers es importante
Sobre la lista de followers o seguidores, las grandes cuentas de Twitter, las de corporaciones o celebridades, pueden llegar a tener cientos de miles de personas. Si no eres ninguna de las dos cosas, tener un buen número de followers está bien: quiere decir que lo que publicas es interesante.
Sin embargo, no te agobies con esas cifras pues no mejorarán la calidad de tu cuenta; más bien te pesarán si algún día metes la pata en alguno de los puntos anteriores.
10. Creer que un tweet es un SMS y escribirlo como tal
Twitter es gratis, no necesitas economizar tus mensajes. Twitter llega a millones de personas en el mundo. Twitter sirve para publicar, no para dar avisos rápidos. Twitter es un juego mental para que aprendas a sintetizar ideas y convertirlas en pequeñas perlas cotidianas.
Por todo lo dicho, usa Twitter con responsabilidad
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