Aunque ya he hablado de ideas para disfraces de zombi, aquí os doy unos trucos para convertir cualquier ropa que tengas en un disfraz repugnante y terrorífico. Disfrazarte de Halloween no tiene por qué ser ni difícil ni costoso, y además, ¡te permite un montón de creatividad! Aunque para estos disfraces zombi, hay que tener estómago…
1) Cualquier tipo de ropa vale, a los zombis no les importa nada su vestimenta… Necesitas una camisa antigua que puedes luego tirar, cuanto más grande, mejor. Hazle varios cortes con un cutter, unas tijeras, o rasgando para que parezca más natural.
(imágen de la serie de televisión “The Walking Dead”)
2) Ensucia la ropa con acuarelas en los colores negro, marrón y verde. Diluye la pintura, y aplica con una brocha gorda, concentrando más en algunas zonas que en otras.
3) Echa bastante sangre artificial en la camisa, sobre todo en los bordes de los cortes.
(imagen de la película Dawn of the Dead)
4) Aplica un poco de vaselina o jabón líquido a la ropa, para conseguir un brillo asqueroso.
5) Si quieres un toque aún más asqueroso, prepara gelatina roja según las instrucciones en la caja, déjala cuajar, y luego echa un poco en tu ropa – ¡parecerá sangre coagulada! (¡Puaj!)
6) Cose o pega (con cola caliente o cola blanca, no con barra de pegamento) un poco de “basura” en tu camisa y también tus pantalones – papel arrugado, trozos de bolsas de plástico, latas, huesos…
7) Fija algunas cucarachas de plástico en la cara, con cola blanca o con pegamento para pestañas – cuanto más cerca a los ojos/la boca, ¡más asco da!
9) Pega unas cucharachas y/o arañas en pinzas y fíjalas en tu pelo.
10) Engrasa el pelo con crema hidratante y, como no, un poco de sangre artificial.