La diferencia reside en que Jesús ascendió al cielo por su propio poder, pues siendo verdadero Dios y verdadero Hombre, con la omnipotencia de su divinidad ascendió para sentarse a la derecha de Dios Padre.
La Virgen María, por su parte, y debido a que Dios no permitió que viera corrupción el vientre donde Él decidió que se encarnara Su Divino Verbo, vientre que sirvió de Tabernáculo santo, fue asunta al cielo en cuerpo y alma por la voluntad y la fuerza de Dios.